El 16 de enero el gobierno de EEUU adoptó las primeras medidas hacia la normalización de las relaciones con Cuba, cambio que será difícil revertir. Seguramente hay consideraciones de realpolitik detrás de la decisión adoptada por el presidente Obama en adición a la opinión existente en 2008 cuando el entonces candidato presidencial prometió modificar la política hacia la Isla. También es pertinente tener presente la opinión internacional generalizada adversa a las sanciones, así como las encuestas de opinión a la población estadounidense y cubanoamericana que apoyan el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, el fin del embargo comercial y la eliminación de las prohibiciones a las visitas de todos los estadounidenses a la Isla.
Apoyo al cambio de política en 2008
Madeleine Albright, la ex secretaria de relaciones exteriores del presidente Clinton, en su libro Memo to the President Elect: How We Can Restore America's Reputation and Leadership, argumentó en contra de las sanciones unilaterales en 2008 (p. 93-98). A menos que las sanciones tengan apoyo internacional generalizado, no logran el efecto pretendido, no afectan a la élite gobernante sino a la población en general y después de cierto tiempo el gobierno afectado realiza ajustes para limitar sus efectos adversos.
Por ser estimado obsoleto y su levantamiento inevitable, el relajamiento del embargo fue apoyado por organizaciones no partidistas de EEUU como el Center for the Study of Globalization de George Washington University, el Atlantic Council y el Council for Foreign Relations; entidades libertarias como el Lexington Institute y el Cato Institute; Mario Loyola en la neoconservadora Weekly Standard; Brent-Scowcroft, el ex asesor de seguridad externa republicano, George Shultz el ex secretario de relaciones externas republicano y los ex candidatos presidenciales Christopher Dodd, Dennis Kucinick y Ron Paul, así como parcialmente por Barack Obama y Bill Richardson y fue adoptada por la plataforma del partido demócrata de 2008.
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