En 2014 el dólar estadounidense (US$) continúa apreciándose a nivel global en general y en América latina en particular.
Con base en los datos estadísticos de las tasas de cambio de la edición del 15 de noviembre de The Economist (p. 92), el US$ aumentó en más del 8% en el último año en comparación con un promedio no ponderado de las monedas de las catorce principales economías globales después de la economía estadounidense, así como en 7.5% en comparación con un promedio ponderado por los respectivos PIB de esas catorce economías. El US$ aumentó 0.8% en China, 15.5% en Japón, 8.1% en Alemania, 8.1% en Francia, 0% en el Reino Unido, 9.0% en Brasil, 38.6% en Rusia, 8.1% en Italia, -3.3% en India, 7.6% en Canadá, 6.5% en Australia, 8.1% en España, 2.3% en Corea y 3.0% en México.
Asimismo, el US$ se expandió en casi el 25% en comparación con un promedio no ponderado de las monedas de las siete principales economías latinoamericanas –en Brasil 9.0%, México 3.0%, Argentina 42.6%, Colombia 9.9%, Chile 14.3%, Venezuela 90.8% y Perú 5.0%-- y de más del 15% en comparación con el promedio ponderado por sus respectivos PIB de las monedas de estas siete economías latinoamericanas.
El alza del US$ es resultado de la recuperación económica que ha tomado dinamismo y de las políticas estadounidenses en los últimos años y podría contribuir a alentar el reequilibrio que la economía global y darle un mayor dinamismo que viene eludiendo desde hace algún tiempo. Sin embargo, este desenlace no está garantizado, especialmente en vista de los desafíos relacionados con la potencial inestabilidad financiera de un ajuste cambiario significativo.
Actualmente dos factores importantes juegan en favor del US$, especialmente en comparación con la Europa del euro y el yen que representan la segunda (Alemania, Francia, Italia, España y otros 14 países) y la cuarta áreas económicas mundiales, respectivamente; la primera y tercera son EEUU y China. EEUU está superando consistentemente a la euro zona y Japón en términos de crecimiento económico y dinamismo y esto probablemente continué siendo así en 2015, no sólo por su flexibilidad económica, su energía empresarial y la expansión de su producción energética no convencional de petróleo y de gas, sino también por su acción de política económica más decisiva desde el inicio de la crisis financiera global del 2007-2009 para evitar una depresión.
Asimismo, después de un período de realineación cambiaria, las políticas monetarias de estas tres grandes e importantes economías están divergiendo y llevarían a la economía mundial de una trayectoria de múltiples velocidades a una de múltiples pistas de despegue. De hecho, mientras que la Reserva Federal estadounidense terminó el mes pasado sus compras de bonos a gran escala, conocida como "flexibilización cuantitativa" (QE por su sigla en inglés), el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Japón anunciaron la expansión de sus programas de estímulo monetario no convencional recientemente. Mario Draghi, el presidente del BCE, indicó su voluntad de expandir el balance de su institución en 1 millón de millones de euros (aproximadamente 1.25 millones de millones de dólares).
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