- Dictó una orden de busca y captura contra cinco miembros de la nomenclatura china por delitos de lesa humanidad y genocidio contra el pueblo tibetano
- Exteriores alega que la división de poderes le impide influir en los jueces
- El expresidente Jiang Zemin y el exprimer ministro Li Peng (ambos en la foto) entre los encausados
Madrid, Nov. 22.─ Al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, le ha estallado en las manos un imprevisto e indeseado conflicto diplomático. Y precisamente con el país en el que España había puesto los ojos como un nuevo El Dorado asiático para las empresas españolas: China, la segunda potencia económica del mundo, llamada a desbancar a la primera en algunos años.
La decisión de la Audiencia Nacional de dictar una orden de busca y captura contra cinco miembros de la nomenclatura china —incluidos el expresidente Jiang Zemin y el exprimer ministro Li Peng (ambos en la foto)—, como presuntos responsables de un delito de genocidio contra el pueblo tibetano, ha hecho montar en cólera a las autoridades de Pekín. No es para menos, pues esta orden, tramitada a través de Interpol, implica que podrían ser detenidos si salen de su país.
El Ministerio chino de Asuntos Exteriores convocó este pasado miércoles al embajador español en Pekín, Manuel Valencia, para trasladarle su "fuerte malestar". Al mismo tiempo, el director general para América del Norte, Asia y Pacífico del Ministerio español de Asuntos Exteriores, Ernesto Zulueta, recibió en Madrid al encargado de negocios de la embajada china, a petición suya. El mensaje que trasladaron los diplomáticos españoles a sus interlocutores chinos fue el mismo: en España hay división de poderes y el Ejecutivo no puede interferir en decisiones judiciales. "No parece que quedaran muy convencidos", admiten fuentes diplomáticas.
Las autoridades chinas no se limitaron a quejarse en privado. El portavoz de la diplomacia china, Hong Lei, expresó en rueda de prensa su "firme rechazo a las instituciones españolas que, ignorando la posición de Pekín y siendo inconsistentes con declaraciones previas, manipulan este asunto". Incluso deslizó una sutil advertencia: "Esperamos que las partes relevantes en España tomen con seriedad la preocupación china y no hagan nada que dañe a este país o la relación entre China y España" ...
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