El gobierno de Cuba consolida el trabajo forzoso como su principal motor económico, exportando su producción a Canadá, Noruega, Reino Unido, la UE y el mundo entero.
El presente informe de denuncia expone la alarmante situación del trabajo forzoso en los centros penitenciarios cubanos, revelando y demostrando, sin dar lugar a la duda, la dolorosa y criminal situación de trabajo forzoso ejercido por el Estado, con fines económicos y punitivos sobre un total de 60 mil de entre los 90 mil internos penales y 37.458 sancionados en régimen abierto en el país.
Este informe de denuncia documenta con total precisión cualitativa y cuantitativa cómo los presos son sometidos a condiciones inhumanas y explotadoras en una desconexión absoluta e impune de la legislación internacional y cualquier derecho laboral. Por medio de un exhaustivo análisis de toda la legislación cubana a lo largo de este informe de denuncia, además, demostramos cómo las leyes en Cuba amparan de manera impúdica y explícita el trabajo forzoso de los reos y sancionados.
La elaboración de carbón, agrícola, de tabaco o el corte de caña bajo las más inhumanas condiciones de esclavitud, y la producción obtenida de tales labores, es destinada en su totalidad a la exportación, fundamentalmente a países europeos como, por este orden, España, Portugal, Italia, Grecia y Turquía, entre otros. Por primera vez en muchos años, Cuba enfrenta crecientes señalamientos internacionales, incluso hace apenas meses en el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (A/HRC/57/46), por someter a personas privadas de libertad a formas contemporáneas de esclavitud para la producción de bienes destinados a la exportación.
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