El reto económico que plantea la recuperación de EEUU

El pasado domingo 9 de febrero vi por televisión una entrevista a Ruchir Sharma Jefe de Morgan Stanley para los Mercados Emergentes que me impactó mucho y cuyo valioso contenido llama a la reflexión.

George Orwell reprochaba a los intelectuales por su instinto de inclinarse ante el vencedor del momento, a aceptar las tendencias existentes como irreversibles.  En las últimas décadas, muchos han continuado mostrando la misma reacción, postrándose ante el surgimiento de Japón en la década de 1980, Silicon Valley en la década de 1990 y los grandes mercados emergentes conocidos como los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) a partir de 2000.

De 2000 a 2012 la participación del PIB de EEUU en la economía global se redujo de 31.3% a 23%, mientras que la de los grandes mercados emergentes o BRICS aumentó de 8.25% en 2000 al 22.4% 2012.  EEUU experimento una tasa anual de crecimiento real del PIB de 1.7% en ese periodo, en contraste los BRICS la tuvieron de 7.3% anual.  Muchos intelectuales y analistas han supuesto que estos grandes países emergentes, serían los líderes y los arrolladores del mundo en el futuro.

No tan rápido señala Ruchir Sharma.  En el curso normal de los acontecimientos, la tendencia de una década se desvanece en la siguiente y está sucediendo ahora por complacencia en esos países.  Muchos mercados emergentes grandes están cayendo a sus tendencias normales, particularmente cuando se anunció que terminaría la política de flexibilización cuantitativa de la Reserva Federal.  Entre los BRICS solo China crece más que el promedio de los grandes mercados emergentes.

Los que pronosticaban la inevitable y continúa expansión de los BRICS y la decadencia de Occidente deben corregir sus pronósticos por errados.

Los triunfadores solo serán los países que se separan o tienen crecimientos más elevados y sostenidos, mayores probabilidades de superar las tasas de crecimiento de las economías rivales en su grupo de ingreso por habitante y mayores expectativas de crecimiento en los próximos cinco o diez años.

En el mundo en desarrollo, las economías más calientes de la última década han sido sustituidas por nuevos países en su grupo.  Ahora incluyen Filipinas, Tailandia y Nigeria, en los cuales nuevos líderes han propuesto y están impulsando reformas económicas básicas que han aumentando el potencial para su crecimiento elevado y sostenido.  En el mundo desarrollado, la mayoría de las medidas clave para la recuperación de la crisis financiera mundial, no se están haciendo bien en Francia, Italia y Japón, mientras que en Alemania y algunos países nórdicos les va mejor.  Pero el principal candidato para el país de la separación del resto de países avanzados es EEUU.

No es ningún secreto que EEUU tiene más flexibilidad que otras economías avanzadas, pero no se entiende tan bien que estas ventajas están impulsando una amplia mejora en su posición competitiva.  Este avance podría borrar en gran medida muchos de los peores temores sobre EEUU, que incluyen el aumento de la deuda, los altos precios de energía, la caída del dólar y una industria manufacturera en contracción.

EEUU es una de las pocas economías desarrolladas que está siguiendo la senda de otros países desarrollados que superaron con éxito crisis financieras de deuda similares, como lo hicieron Suecia y Finlandia en la década de 1990.

Si Washington produce una hoja de ruta creíble para la reducción de la deuda pública, podría consolidarse como el país del despegue en el mundo avanzado .

El fortalecimiento de las exportaciones y la disminución de las importaciones de petróleo están mejorando la balanza comercial de EEUU y han reducido el déficit en cuenta corriente de 5.4% del PIB en 2006 a 2.8% en 2013, lo que significa que EEUU ya no tiene que pedir prestado tanto a China para financiar ese déficit.  Hoy en día, ni el euro ni el yuan presentan un desafío serio al dólar como la moneda global preferida.

Ahora EEUU genera la producción manufacturera anual más o menos igual a la de China, pero los EEUU lo hace con una fuerza de trabajo de una décima parte.  El resultado es que las industrias estadounidenses han sido capaces de defender su participación en las exportaciones de productos manufacturados.  A pesar de que la participación de China creció significativamente durante la última década, creció casi en su totalidad a expensas de Europa, no de EEUU.  Entre 2010 y 2013, los empleos manufactureros estadounidenses se recuperaron, la creación de 476 miles de empleos en estos tres años, ha sido el mejor desempeño desde 1998.  Mientras tanto, Europa y Japón, que se resistieron a las reformas impulsadas por el mercado, continuaron perdiendo empleos manufactureros o no vieron ningún cambio.

El auge de la manufactura en EEUU está estrechamente vinculado a la revolución energética.  La energía, que hasta hace poco era vista como un obstáculo para la prosperidad de EEUU., se ha transformado en una ventaja competitiva.  Después de caer por 25 años, la proporción de la oferta de energía de EEUU que proviene de fuentes nacionales ha aumentado desde 2005, de un 65% a alrededor del 77%, con la ayuda del aumento de la producción de petróleo y sobre todo del gas natural.

Las ventajas de EEUU son atribuibles a la flexibilidad y capacidad de adaptación básica de su economía . A menudo, los competidores potenciales carecen de las grandes cantidades de agua requeridas para la voladura del gas de esquisto, o leyes claras de uso de tierras y financiación disponible que hacen posible la revolución en EEUU.  Como resultado, ahora EEUU tiene una ventaja enorme en la tecnología “fracking”, con 425 plataformas de perforación de gas en operación frente a alrededor de 30 en Europa.

Se espera un gran impacto de la tecnología digital en la productividad económica y es probable que sea desproporcionadamente grande en las principales economías  avanzadas, en particular en EEUU.  El liderazgo de EEUU en software y otras tecnologías digitales se deriva directamente de su elevada inversión en investigación y desarrollo en comparación con los países emergentes y avanzados rivales.  Las compañías estadounidenses han sido capaces de aumentar sus ganancias y reducir sus deudas en gran parte porque han aumentado considerablemente la productividad.

La economía mundial ha entrado en una era que va a ser dura en el sentido de que no hay viento de cola para cualquier país, rico o pobre, ya que el dinero fácil de la última década se están esfumando.  Los triunfadores de la próxima década deberán inspirarse el proverbio latino: "Si no hay viento, rema"que se refiere al esfuerzo y la constancia para vencer los obstáculos para llegar a la meta.

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