Adam Michnik, destacado periodista e historiador polaco, señaló que "Lo peor del comunismo es lo que viene después".
Antecedentes
En los 25 años de transformación de los países de Europa central y del este y la antigua URSS del socialismo real --con su totalitarismo político y su colectivismo económico donde la satisfacción de los consumidores no fue prioridad-- al capitalismo de mercado y la democracia se distinguen tres etapas.
Una fuerte recesión e inflación inicial a principios de los años 1990smientras los países intentaban la estabilización macroeconómica y establecer las bases de una economía de mercado. Una robusta recuperación a partir de la mitad o finales de los años 1990s hasta la gran recesión-crisis financiera del 2008-2009 favorecida por la accesión de varios países a la Unión Europea, aunque el crecimiento al final de esta etapa fue cada vez más desequilibrado e impulsado en varios países por préstamos a gran escala para el consumo y la construcción que determinó un elevado déficit en cuenta corriente respecto al PIB. Una fuerte contracción en 2009, tanto en Europa central y de este y la Comunidad de Estados Independientes la mayor a nivel global, seguida de un bajo crecimiento del PIB, el menor entre los países emergentes influenciado a partir de la segunda mitad de 2011 por tres factores principales: la crisis de la eurozona, el conflicto entre Ucrania y Rusia, y la terminación de la política de relajación cuantitativa en EEUU que requieren una significativa consolidación económica.
Durante esos 25 años los países poscomunistas realizaron considerables reformas para liberalizar los precios y el comercio, reducir la inflación, equilibrar los presupuestos públicos, aumentar la competencia, privatizar las empresas estatales particularmente las pequeñas y medianas empresas, establecer las instituciones de mercado y desarrollar programas de asistencia social. Pero en otras áreas cruciales de reforma como el fortalecimiento de las instituciones han demostrado fuertes escollos que implican desafíos a los intereses creados e incluso han ocurrido notables retrocesos y paralización en los años recientes aún en países como Hungría que fue uno de los líderes de las reformas en las etapas iniciales.
Visión pesimista
Hay una visión pesimista y de desilusión sobre los resultados de la transformación. En sus informes anuales del 2013 y del 2014 sobre la transición, particularmente en el de 2013, el Banco Europeo de Reconstrucción y Fomento (EBRD por su sigla en inglés) considera que muchos países están atascados y requieren reactivar las reformas para reanimar el crecimiento del PIB y cerrar las brechas con los países avanzados.[1] Asimismo, al realizar un balance de la transformación, Branco Milanovic, ex economista principal del Departamento de Investigaciones del Banco Mundial, considera que las expectativas de las personas de los países de Europa y la antigua URSS eran que el capitalismo causaría la convergencia económica con el resto de Europa, un aumento moderado de la desigualdad y la consolidación de la democracia.
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