Barry Eichengreen, profesor de Historia Económica de la Universidad de Berkeley, en el libro Hall of Mirrors analiza el buen y mal uso de la historia sobre la experiencia de la Gran Depresión en los 1930s para enfrentar la crisis financiera-Gran Recesión que comenzó en 2008.
Presenta una crítica a la política monetaria de la Reserva Federal de EEUU de Ben Bernanke–Janet Yellen basada en la sabiduría convencional, o el sesgo de la continuidad, de la perspectiva promovida por Milton Friedman-Anna Schwartz en A Monetary History of the Unites States de 1963 sobre cómo superar los errores de política económica cometidos durante de la Gran Depresión. De hecho Bernanke expresó públicamente su admiración y agradecimiento a Friedman por su obra en 2002. Así la Reserva enfatizó la expansión de la liquidez monetaria y reducir la tasa de interés de largo plazo que eran necesarias, pero insuficientes, para resolver la crisis financiera.
Simultáneamente, señala que se relegaron los puntos de vista de John M. Keynes y Hyman Minsky sobre que después de una fuerte crisis financiera no hay una apropiada recuperación espontánea del PIB ni de la estabilidad financiera sistémica porque no existe la suficiente autorregulación financiera. En cambio EEUU apoyó la austeridad fiscal a partir de 2010, reduciendo los gastos y aumentando los impuestos, impuso una austeridad prematura y descuidó la estabilidad financiera sistémica, particularmente sobre las áreas de la solvencia, el apalancamiento y los riesgos excesivos y la necesidad de hacer reformas institucionales más amplias en el área macroprudencial, donde se limitaron básicamente al aumento de la capitalización de los bancos.
También en la euro zona se olvidaron las lecciones del acertado abandono del patrón oro en los años 1930s que ha interferido con la recuperación europea. Las insuficientes medidas para asegurar la recuperación y el énfasis en difíciles reformas explican la deficiente recuperación, particularmente en la euro zona y en especial en el caso de Grecia. Grecia podría generar algo similar a la quiebra de Lehman Brothers que si bien no era un banco comercial en EEUU desató el pánico financiero en septiembre de 2008.
Eichengreen considera que se ganó la batalla de no caer en una depresión, pero no la guerra debido a la lenta recuperación de EEUU y Europa. Irónicamente el éxito de detener la crisis financiera fue lo que determinó que no se adoptaran medidas y reformas adicionales para lograr una mayor y rápida recuperación y mejorar la estabilidad financiera sistémica. Considera que aún no se ha logrado que los grandes bancos comerciales, que son muy grandes para fracasar (quebrar), puedan fracasar (quebrar) sin poner en peligro la estabilidad y la seguridad del sistema financiero en su conjunto.
Eichengreen señala que la experiencia de la Gran Recesión llevará a revisar el análisis e interpretación de la Gran Depresión y sus limitaciones, haciendo consideraciones fuera del marco de las ideas establecidas apoyadas por los discípulos de Friedman que nunca fueron adecuadamente comprobadas. En resumen, las ideas y la interpretación que se hizo de historia económica tuvo marcada importancia, especialmente para solo superar parcial e inadecuadamente los errores de la Gran Depresión.