Hay marcadas diferencias e intensos debates entre los economistas, todavía se combate en las trincheras, sobre qué determinó la gran recesión/crisis financiera que estalló en 2008, cómo hacerle frente a la crisis y lograr una más robusta recuperación, y qué lecciones hemos obtenido y aprendido. El FMI ha auspiciado tres conferencias en las primaveras de 2011, 2013 y 2015, respectivamente sobre el tema de la reconsideración de las políticas macroeconómicas y sobre algunos temas centrales con la participación de reconocidos académicos y funcionarios públicos. La primera conferencia de 2011 identificó las principales deficiencias de las políticas anteriores, la segunda conferencia de 2013 trató de las direcciones generales.
La tercera conferencia de abril 15 y 16, 2015,pretendió ser un informe sobre la marcha,con el intrigante y apropiado subtítulo: progreso o confusión. Abarcó los temas siguientes: el riesgo sistémico y la regulación financiera, la efectividad de los nuevos instrumentos de prudencia macroeconómica, la política monetaria en el futuro, la política fiscal en el futuro, el manejo de la tasa de cambio y los controles sobre los movimientos de capital y el sistema financiero internacional. Continúan profundas diferencias sobre algunos temas, particularmente sobre cual debería ser la política monetaria.
El panel final de la reunión del 16 de abril de 2015 sobre dónde estamos, contó con la participación de tres de los más recientes economistas principales del FMI, Rajhuram Rajan, actualmente gobernador del Banco Central de India, Kenneth Rogoff, profesor de Harvard y Olivier Blanchard, el actual titular y anterior Decano de Economía de MIT, así como con Lawrence Summers, profesor de Harvard y ex Secretario del Tesoro de EEUU.
Rajan centró su presentación en cuestionar el uso del temor de las presiones deflacionarias para justificar las políticas monetarias expansionistas, así como los dañinos efectos colaterales (derrames) de las mismas que se distribuyen globalmente, creando fuertes y difíciles presiones sobre los países emergentes y tienden a desarrollar ciclos perversos de nuevas crisis, un verdadero juego de sillas musicales. Rogoff señaló que la última recesión estuvo vinculada a una severa crisis financiera, que inicialmente fue subestimada --de la cual EEUU está saliendo, Europa está en medio de ella y está comenzando en China-- y analizó factores que influyen la situación presente que caracterizó como un superciclo de expansión de la deuda, de apalancamiento. Summers consideró que la situación económica actual está determinada por el estancamiento secular con una tasa de interés real muy baja, explicación que converge con el exceso de ahorro global que postula Bernanke y el superciclo de la deuda financiera de Rogoff. Mostró preocupación por una política monetaria muy expansionista prolongada que podría generar distorsiones y burbujas en los activos. Blanchard indicó que una medida de prudencia financiera a la que se converge es ajustar dinámicamente la capitalización de las instituciones financieras a la situación económica, a un rango del 10% al 20%; una solución intermedia sería aumentar permanentemente la capitalización de las instituciones financieras a un 15%.
Después de escuchar a estos académicos y autoridades considero que hay progreso tal como señalar la necesidad de aumentar la capitalización de las instituciones financieras para reducir los riesgos financieros sistémicos, pero que hay bastante confusión sobre cómo eliminar y reducir los aspectos adversos de la política monetaria muy expansionista o flexibilización cuantitativa, particularmente en los países emergentes.