¿Es estelar el desempeño socioeconómico de Cuba en los últimos 25 años?

El ensayo Unexpected Cuba de Emily Morris, investigadora del Banco Interamericano de Desarrollo, en el No. 88 de New Left Review, julio-agosto de 2014ha recibido una amplia atención.[1]  Iroel Sánchez lo considera lo mejor que ha leído sobre la economía cubana en los últimos 25 años y lo reprodujo en inglés y español en su blog, La pupila insomne.

Morris desarrolla cuatro temas centrales. (1) Los cambios socioeconómicos de Cuba comparan favorablemente con el promedio de los de los 29 países poscomunistas de Europa central y meridional, la antigua URSS y Mongolia en la era poscomunista, o sea, después de la caída del Muro de Berlín. (2) En los últimos 25 años, Cuba ha realizado un estelar proceso de ajuste y recuperación socioeconómica para enfrentar la disolución del bloque soviético. (3) La experiencia cubana durante los últimos 25 años prueba que el socialismo real, o comunismo, es reformable contrario a la tesis de Janos Kornai. (4) El gobierno cubano ha acertado en ignorar las propuestas reformistas de los cubanólogos, académicos y profesionales residentes en EEUU que se reúnen en Miami, financiados por el gobierno estadounidense.  A continuación comento estos cuatro temas.

(1) Morris considera que el desempeño socioeconómico y político de Cuba ha sido superior al de los 29 países poscomunistas durante los últimos 25 años, e ignora que el grupo de esos países tiene gran heterogeneidad y, por ello, los promedios no son representativos, lo que le resta validez a esas comparaciones.  En el aspecto económico Morris considera que Cuba ha tenido un ajuste estelar a pesar de que confronta severos problemas y desafíos fundamentales que se señalan en el numeral (2) siguiente.  En el aspecto político señala que Cuba ha propiciado un sistema de consultas y participación ciudadana a distintos niveles en la definición del ajuste aplicado, particularmente por parte de los trabajadores, aún cuando sistemáticamente la CTC ha ignorado la presentación de cualquier reivindicación laboral.

Al comienzo de la transición la mayoría de los países 29 países poscomunistas tenían como metas reducir las diferencias de sus niveles de vida con los de los países avanzados (o del primer mundo) y transformarse en democracias. Según el crítico de la transición poscomunista Branco Milanovic,[2] en los últimos 25 años doce de los 29 países han sido exitosos en lograr que su PIB por habitante crezca a una tasa mayor que la de los países avanzados; otros cinco han logrado que su PIB por habitante crezca una tasa similar a la de los países avanzados; cuatro han logrado que su PIB supere el nivel que tenía en 1989, pero no han logrado disminuir las diferencias relativas de sus PIB por habitante con los de los países avanzados; y ocho han sido fracasos absolutos porque no han logrando superar el nivel del PIB que tenían en 1989, los ocho estuvieron envueltos en conflictos armados internacionales o civiles.

Asimismo, utilizando el índice Polity IV sobre el régimen político, que tiene una escala de 10 (“completa democracia”) a -10 (“autocracia”), para los 29 países poscomunistas, en 2013 veinte mostraron valoraciones de 6 o más, el umbral para ser considerados democráticos, seis de ellos tuvieron la máxima estimación de 10. Otros seis mostraron tipificaciones negativas, son autocracias y otros tres tuvieron clasificaciones de 4 o 5 y se consideran “anocracias” o estados con tipologías mixtas de democracias y autocracias.  El promedio de los 29 países es de 5.21 que los identifica como anocracias y muestra que los promedios son inadecuados para grupos tan heterogéneos.  Solo como referencia, Cuba tiene una clasificación de -7, o sea, es una autocracia.

(2) Morris sostiene que Cuba tuvo un estelar ajuste y recuperación después de 1989 que le permitió preservar las características básicas del sistema socialista real (la propiedad estatal de los medios de producción y las decisiones administrativas para coordinar la económica), a la vez que mantuvo el nivel de los gastos sociales y el pleno empleo, por lo que el ajuste no afectó mayormente a la ciudadanía.  Para ello movilizó nuevos recursos externos como el turismo, las remesas familiares, la inversión extranjera, y, en años más recientes la exportación de servicios profesionales y la ayuda venezolana, y se apoyó en el establecimiento de una tasa de cambio dual que ahora constituye una singular distorsión y obstáculo y se ha decidido unificar.  Cuba, también, redujo los gastos de inversión.

Concuerdo con Morris que durante los últimos 25 años el gobierno ha mantenido básicamente inalterado el sistema de socialismo real con el colectivismo en los medios de producción y el empleo de decisiones administrativas para la coordinación económica.  Los cambios recientes en el cuentapropismo, la agricultura, la nueva ley de inversión extranjera y otros han sido menores y no modifican la naturaleza del sistema.  Sin embargo, difiero de Morris de que ello haya sido un logro.   contrario, es un impedimento que determina el atraso, la pobreza y la inflexibilidad de la economía, así como que muchos ciudadanos busquen emigrar, particularmente los jóvenes, por medios legales o no convencionales, debido a la falta de oportunidades en la Isla y que la población se esté reduciendo.  Además, parte de los problemas y desafíos socioeconómicos existentes han sido ocasionados o acentuados por las erróneas políticas públicas.

Adicionalmente, disiento que mantener artificialmente el pleno empleo haya sido un logro.  Al contrario, es un lastre que explica la baja productividad de la economía. Ahora uno de los objetivos oficiales es reducir las nóminas infladas, o el desempleo disfrazado, estimado en un 36 % de la fuerza laboral, porque las empresas estatales que lo sustentan no son rentables y tienen baja eficiencia.  Desde la década de 1990 hasta 2010 el gobierno pospuso la inevitable creación de nuevos empleos en el sector privado, capaz de desatar una dinámica económica favorable por dos vías: la expansión del sector privado y el redimensionamiento de las empresas estatales.

Contrario a lo que Morris señala, el ajuste a partir del periodo especial afectó al trabajador, porque los salarios reales se redujeron en 2013 al 27 % del nivel de 1989,[3] y como Raúl Castro señaló el 26/07/2007 son insuficientes para cubrir las necesidades básicas.  El gobierno redujo significativamente el ingreso personal disponible en términos reales del ciudadano vía el impuesto inflacionario en la década de 1990 y la disminución de los empleados redundantes (o nóminas infladas) a partir de 2010.  Es decir, ha impuesto una draconiana austeridad restringiendo los gastos de consumo personal.

Los ajustes socioeconómicos realizados para enfrentar la difícil situación socioeconómica son drásticos y endémicos tratamientos de choque, aplicados incrementalmente, aunque Morris señale que el gobierno rechaza de plano ese tipo de ajuste neoliberal.

Según Pavel Vidal, economista no radicado en EEUU, en 1999 los salarios reales fueron solo el 15 % y las pensiones reales el 23 % de los niveles de 1989.[4]  Vidal señala que Cuba aún no se ha recuperado por completo del ajuste de los años 1990s y que los salarios reales y las pensiones reales se han contraído notablemente.  La forma en que el gobierno ha realizado el ajuste ha acentuando el empobrecimiento del ciudadano medio por el descenso de los salarios reales y las pensiones reales y, desde 2010 por el aumento del desempleo abierto con despidos sin la adecuada compensación.  El ajuste efectuado ha tenido importantes secuelas negativas sobre el aumento de la emigración y la disminución de la tasa de natalidad que han determinado que la población cubana se esté reduciendo.  Cuba tiene una pirámide demográfica distorsionada.  Se está presionado mucho a la ciudadanía, algo cederá o reventará.

De acuerdo a las estadísticas oficiales, y contrario a lo que Morris señala, a partir del año 2008 los gastos sociales de educación, salud, asistencia social y vivienda están disminuyendo como proporción de los gastos corrientes en el presupuesto estatal y en relación con el PIB.  Esto lo traté en estas páginas anteriormente, Carmelo Mesa-Lago lo ha ampliado recientemente y Armando Chaguaceda detalló cómo afecta adversamente a la población más vulnerable y de menores ingresos en particular.[5]

Morris reconoce que Cuba tiene una baja tasa de crecimiento del PIB determinada porque la economía está descapitalizada.  La tasa de inversión es ínfima, se redujo en más del 85% entre 1990 y 1993 y después se ha mantenido muy baja, alrededor del 10% del PIB en contraste con un 20% a 25% de los países poscomunistas.

En su ensayo Morris incurre en varios errores factuales.  Entre otros, señala que Cuba perdió repentinamente el crédito externo después la caída de la URSS, cuando ya se había declarado en moratoria de la deuda externa en 1986; que las movilizaciones de trabajo son voluntarias; que la infraestructura está sin duda mejor que antes, ignorando obviamente el deplorable y decadente estado de las redes de acueductos, alcantarillados, electricidad y el acervo de viviendas que el ex ministro José Luis Rodríguez reconoció en su reciente entrevista;[6] y que los jugadores de beisbol van normalmente al extranjero, desconoce que en general salen como desertores o balseros.

(3) Con base en el análisis resumido en el numeral (2) anterior, Morris concluye que la experiencia cubana demuestra que no es válido el postulado de Kornai, o sea que el socialismo real o comunismo no es parcialmente reformable porque se requieren cambios simultáneos en sus tres componentes esenciales (régimen político autocrático, colectivismo y coordinación administrativa de la economía).  Las reformas cubanas no solo se han realizado en los últimos 25 años sino que comenzaron en los años 1980s, o sea, hace unos 35 años.  Entonces se inició la primera ronda con medidas similares (liberalización agrícola, cuentapropismo, etc.) a las que se han utilizado desde 2010, así como a mediados de los años 1990s, lo que comprueba reiteradamente en ese largo término que los cambios marginales en el socialismo real son incapaces e ineficaces para generar un proceso de crecimiento elevado y autosostenido, tal como Kornai señaló.

(4) Sobre los cubanólogos Morris corea la posición gubernamental no solo de descartar sino también de descalificar los puntos de vistas disímiles sobre las reformas imprescindibles.  Así endosa frívolamente la disolución del Centro de Estudios de América (CEA) en 1996 porque expuso una posición alternativa a la oficial sobre reformas potenciales al socialismo con el pretexto de que coincidió con la Ley Helms Burton.  Sin embargo, reconoce que el gobierno se ha visto privado de la necesaria crítica independiente, lo que a su vez refuta su frecuente reiteración de que ha existido un amplio y completo debate sobre los ajustes en Cuba.  Morris también ignora que en 1986 el grupo de Humberto Pérez, que impulsó las primeras reformas dentro del socialismo en la primera mitad de los 1980s, fue depurado al comienzo del Proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas, proceso que eliminó prácticamente las reformas socioeconómicas iniciadas en los 1980s, pero que Morris identifica como una campaña anticorrupción.

Observación final

Morris y José Luis Rodríguez coinciden en que básicamente las autoridades mantienen el sistema inalterado a pesar de la ralentización económica y el retroceso en el gasto social.  Este inmovilismo unido a la acentuación de la crisis económica y financiera de Venezuela por la declinación del precio del petróleo, así como la robusta recuperación de la economía estadounidense, están acentuando la emigración cubana por vías legales y no convencionales.  a población de origen cubano crece en EEUU y declina en la Isla.  Se requiere un golpe de timón para modificar esta dinámica.

Este ensayo fue publicado en Cubaencuentro el 3/12/2014.


[2]Branco Milanovic, Eastern Europe: For whom the Wall fell? Balance sheet of the transition to capitalism, http://links.org.au/node/4151

[5]Rolando Castañeda, El deterioro social en Cuba, http://democraciaparticipativa.net/economia-society/perspectiva-economica-castaneda/7850-el-deterioro-social-en-cuba.html Carmelo Mesa-Lago, La reforma de la economía cubana: secuencia y ritmo, http://www.politicaexterior.com/articulos/politica-exterior/la-reforma-de-la-economia-cubana-secuencia-y-ritmo/; y Armando Chaguaceda, Cuba: revisitando la Justicia Social en tiempos de reforma en Norwegian Institute of International Affairs, Which Way Cuba?, 2014, http://english.nupi.no/Publications/Books-and-reports/2014/Which-Way-Cuba

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