La vileza de monopolizar la solidaridad
El paso del huracán Melissa por el oriente de Cuba ha dejado una vez más al descubierto la indefensión y pobreza estructural en la que vive la población en la isla. La indefensión no proviene únicamente del desastre natural, sino de un sistema político totalitario que impide a la ciudadanía organizarse libremente para protegerse y responder a las emergencias.
El gobierno insiste en monopolizar la solidaridad, rechazando ofertas de ayuda internacional con argumentos ideológicos y condicionando toda asistencia al respeto de su concepto de soberanía y a la canalización exclusiva a través de sus propias organizaciones, asegurándose el control y la opacidad en la gestion de los fondos. Mientras tanto, la población no confía en esas instituciones oficiales, desacreditadas por su ineficacia (se acaba de anunciar que el 50% de los costes de los materiales de construcción se asuma por cada persona afectada), su falta de transparencia y su sometimiento político.
En esta ocasión, el régimen ha llegado incluso a impedir el acceso a las zonas afectadas, estableciendo puestos de control y bloqueando la entrada de ayuda humanitaria independiente. El equipo de respuesta ante desastres de Estados Unidos (DART) ya opera en países vecinos, pero no puede hacerlo en Cuba debido a las condiciones impuestas por el propio gobierno, que exige concesiones políticas como el levantamiento del embargo. En vez de supeditar la política a las exigencias del humanismo, lo subordina a las voraces ambiciones de poder. Es el propio régimen quien discrimina a su población, quien ideologiza el humanismo y convierte la solidaridad en rehén de la política.
- Hits: 120

I’ve been thinking about how we were domesticated… and how they could domesticate us again. Part IV