CON LOS SANTOS NO SE JUEGA, NICOLAS

Froilan BarriosLa canonización del Dr José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles conforma un acontecimiento histórico para los venezolanos, luego de una larga espera por el Médico de los Pobres y posteriormente con la Madre María de San José, se ha concretado con la educadora y fundadora de la Congregación de las Siervas de Jesús, que nuestro país venere hoy por primera vez dos santos.

En el caso del Siervo de Dios se debe destacar su presencia en cada hogar y rincón del país, siendo para la población de cualquier estrato social el santo venerado y solicitado, a la hora de remediar las situaciones mas extremas que pueda sufrir cualquier ser humano nacido en estas tierras. Con tanta relevancia que ha integrado el alma de la nación desde su muerte hace mas de un siglo en 1919 hasta el presente.

En todo ese tiempo la referencia popular del Dr. José Gregorio Hernández no estuvo relacionada con gobierno alguno, siendo su figura inmaculada y respetada por gestiones de todo corte, dictaduras, gobiernos democráticos de diferentes tendencias, las cuales jamás osaron utilizar la imagen del santo como respaldo de cualquier gestión presidencial.

Tal autonomía bien reconocida ha tenido un giro retorcido bajo la actual gestión de Nicolás Maduro, quien a sabiendas de su extrema fragilidad como gobernante no ha vacilado en manipular la cultura católica en función de presentarle al mundo una imagen de “felicidad y festividad” que el pueblo venezolano desconoce, por el contrario, sufre las consecuencias del peor gobierno de la historia republicana.

La recurrencia a adelantar las navidades al 1ro de octubre de cada año, adornando con la iconografía típica navideña, obligando a los funcionarios públicos, a los educadores a utilizar vestimentas, a difundir la música típica decembrina, ocasiona la burla a nuestras tradiciones y genera hilaridad en los noticieros internacionales.

Por tanto, no desestimó la oportunidad de la canonización de los primeros santos venezolanos, para colgarse de su aureola y pretender asumirlos como logro de su gestión al proclamar “Ya estamos de fiesta, Venezuela está en fiesta de unión, de reconciliación, de paz y en una oración profunda; van a ser canonizados una pareja. Bueno, eso no se da todos los días, son los primeros santos de la Iglesia católica: San José Gregorio Hernández, el médico del pueblo, y de los pobres, y Carmen Teresa Rendiles Cisneros, fue una monja que expresa humildad, sencillez y también un poder muy grande en su oración”. 

Así también, señaló recientemente al Médico de los Pobres como el primer Médico Integral Comunitario, en alusión reciente al aniversario de estos profesionales el 8 de octubre. Esta fecha fue establecida en 2009 durante la gestión de Hugo Chávez para honrar al médico y líder revolucionario Ernesto “Che” Guevara, “reconociendo su compromiso con la salud comunitaria”.

A sabiendas que estos médicos integrales no alcanzan las credenciales de los profesionales de la medicina egresados de las universidades públicas nacionales, siendo cuestionados por su precaria formación en el ejercicio de la profesión de garantizar la salud a la población, como también el abuso de vincular la figura de San Gregorio Hernández con un fracasado programa ideologizado por el régimen.

Ahora bien, se puede hablar de paz cuando organizaciones de derechos humanos del país desarrollan una campaña por una canonización sin presos políticos. A este llamado se ha unido la Iglesia católica, con la que Maduro ha tenido varios enfrentamientos. "La canonización constituye también una ocasión propicia para que las autoridades del Estado dicten medidas de gracia que permitan recobrar la libertad a los encarcelados por razones políticas", dijo en una carta pastoral la Conferencia Episcopal Venezuela (CEV), el 7 de octubre, para el clero, un gesto de este tipo "favorecería la tranquilidad y armonía no solo de las familias y allegados de esas personas, sino de la sociedad entera".

Por el contrario, se ha acentuado la represión, la persecución y el ambiente hostil contra todo ciudadano que disienta, entre tanto un país y la comunidad internacional observan a un régimen sin escrúpulos, que no duda en utilizar la canonización de los santos venezolanos para presentar una imagen de concordia y paz que no existe. Pretendiendo ignorar la conseja tradicional de “con los santos no se juega, y si se juega ten cuidado, estas cosas se respetan”.

                                                            Froilán Barrios Nieves     Movimiento Laborista

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