Miguel Díaz-Canel pretendió apaciguar a la población, sometida a cortes de electricidad de nueve horas dos veces al día, y hasta de 20 horas corridas, según él mismo reconoció, mediante las explicaciones de los ejecutivos de la Unión Eléctrica durante el sexto episodio del pódcast Desde la Presidencia.
El gobernante ha encontrado un método para no comprometerse personalmente en la solución de los problemas creados por los dirigentes que encabeza: ahora hace que sean los propios especialistas de cada sector sean los que expongan planes y cronogramas.
La única certeza mencionada en el capítulo seis de Desde la Presidencia fue que en junio concluirían los mantenimientos planificados a las centrales termoeléctricas, con una tendencia a la disminución de los apagones. Sin embargo, se dijo que en julio podría haber roturas, por lo que los directivos vaticinaron que no pueden comprometerse a que no haya apagones, debido a las condiciones actuales del sistema.
En esta oportunidad, se abordó el curso de los mantenimientos de las unidades generadoras y las proyecciones para el verano por los ingenieros Alfredo López, director general de la Unión Eléctrica (UNE), y Lázaro Guerra Hernández, director técnico de UNE. Ambos especialistas son muy conocidos por sus informaciones detalladas a la población, especialmente Guerra, quien todas las mañanas explica la situación energética en televisión nacional.
El programa de construcción de centrales eléctricas anunciado con Rusia y otras soluciones ya no se mencionan. Ha resultado evidente que el Gobierno carece de financiamientos y solo está trabajando en el más corto plazo, sin que los cubanos puedan esperar la mejoría de sus condiciones de vida.
La polarización no es solamente algo que vemos aquí en los Estados Unidos de América. La misma se está extendiendo “como un reguero de pólvora por las democracias de todo el mundo” y el panorama para el mundo no es bueno. La Doctora Jennifer McCoy[1] y su colega Murat Somer en su trabajo: “Reduciendo las polarizaciones perniciosas: Un análisis histórico comparativo de la despolarización y la superación de la polarización”[2], hablan entre otras aspectos sobre las experiencias de la polarización en diferentes países, como lo que actualmente está sucediendo en Estados Unidos y como la situación en este país se destaca del resto del mundo y los países que han logrado alejarse del “borde del precipicio de la polarización”.
En el sumario del trabajo antes mencionado, los autores señalan que:”El aumento global de la polarización política ha alimentado la preocupación por su impacto perjudicial en la política y la sociedad. Desde un aumento de la violencia política hasta una disminución de la calidad de la democracia y la gobernanza, las amenazas planteadas por la polarización perniciosa —la división de la sociedad en dos campos políticos mutuamente antagónicos— son diversas y agudas”[3].
Para el Foro Económico Mundial, en su Informe de riesgos Globales 2024[4]., la “polarización social” se encuentra en su lista de “riesgos a corto plazo” Para muchos a esta preocupación se suman las “interacciones entre la polarización y la desinformación” entre otros factores económicos, sociales y políticos. Para muchos, también, el populismo, tanto de derecha como de izquierda, alimentan la polarización en particular en la política, con las consecuencias que ya se saben que la acompañan.
Como cristianos, al analizar y pensar sobre este tipo de afirmaciones nos vemos obligados a actuar y determinar cómo reducir estas tenciones de forma urgente. La intolerancia que nos acompaña hoy en día tenemos que superarla y eliminarla si queremos salvar la democracia que tenemos.
En miúltima entrega, señalé cómo Pedro Sánchez ha ido dando pasos hacia la consolidación de un régimen a la venezolana en España y cómo para poder avanzar en esa dirección le resulta indispensable controlar a una prensa que ha sido objeto de terribles acciones desde hace tiempo. Como no resulta difícil imaginar, esa conducta exige neutralizar y controlar a la administración de justicia y, ciertamente, ese es un proceso que viene de lejos y que con Sánchez está llegando a un verdadero paroxismo. El control de la justicia se produce por el control de la fiscalía, el control de algunos jueces de instrucción y el control de tribunales superiores como el supremo o el constitucional así como del consejo general del poder judicial. En esta entrega, voy a detenerme en fiscales y jueces de instrucción y dejaré las otras instituciones judiciales para la próxima. Comencemos con los fiscales.
Fue el propio Pedro Sánchez, cuando estaba en la oposición, quien formuló la siguiente cuestión: “¿De quién depende la fiscalía? Pues eso”. Lo que Pedro Sánchez deseaba poner de manifiesto es que, al fin y a la postre, al fiscal general del estado lo nombra directamente el gobierno y ese fiscal general de estado aprovecha el orden jerárquico de la fiscalía para que los fiscales se comporten no de acuerdo a la legalidad sino a las órdenes que reciben. Los ejemplos que se podrían citar son muy numerosos, pero permitan que cite sólo algunos ejemplos especialmente escandalosos.
En el año 2006, el indescriptible Cristóbal Montoro creó un despacho de abogados en el que estaban integrados su hermano y cargos relevantes de la administración de Hacienda. De manera explícita, Montoro declaró que no iba a dedicarse al tráfico de influencias aunque lo cierto es que entonces era miembro del parlamento europeo y no abandonó su escaño a pesar de formar parte del despacho. Entre los miembros más destacados del despacho de Montoro aparte de él mismo se encontraba Ricardo Martínez Rico, antiguo secretario de Estado de Presupuestos y Gastos con Aznar, que sustituiría a Montoro como presidente del despacho y es hermano del subsecretario de Hacienda y Función Pública de Montoro; Ricardo Montoro: presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) entre 2000 y 2004 y hermano de Cristóbal Montoro; Luis de Guindos, ministro de Economía de Rajoy, y anterior presidente del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers en España y Portugal; Manuel de Vicente Tutor, inspector de Hacienda y secretario del consejo de Equipo Económico y socio director del Área fiscal y regulatoria, así como secretario del consejo de la empresa fotovoltaica Solaria; Pilar Platero Sanz a la que Montoro nombró subsecretaria del Ministerio de Hacienda y presidenta de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), el hólding adscrito a Hacienda del que dependen la mayoría de empresas estatales y las participaciones en cotizadas como REE, Enagás o Ebro; Miguel Crespo Rodríguez, que fue imputado por sus actuaciones relacionadas con Bankia, José Manuel Fernández Norniella, que fue presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio y secretario de Estado de Hacienda y de Comercio con Rato, y que fue condenado por el escándalo de las tarjetas ‘black’; Salvador Ruiz Gallud que fue director general de la Agencia Tributaria y director de Organización, Planificación y Relaciones Institucionales de Hacienda; Francisco de Asís Piedras Camacho que durante la etapa de Aznar fue director del Gabinete de Montoro y consejero de SEPI, CESCE y Paradores, entre otros cargos; José María Romero Vera, asesor de Cristóbal Montoro en el Parlamento Europeo entre 2004 y 2008; Gonzalo Solana, colocado por el Gobierno en el consejo de administración de Enagás y presidente del Tribunal de Defensa de la Competencia; José Folgado, antiguo vicepresidente de CEOE y secretario de Estado de Energía y Presupuestos con José María Aznar y alcalde de Tres Cantos, municipio madrileño que adjudicó varios contratos a Equipo Económico; José María Michavila, antiguo ministro de Justicia con Aznar; Covadonga Romero de Tejada: hija del antiguo secretario general del PP madrileño y alcalde de Majadahonda Ricardo Romero de Tejada, condenado por las tarjetas ‘black’, y apoderada en la constructora DICO, vinculada al empresario David Marjaliza, uno de los cabecillas de la trama corrupta Púnica y Ana Serrano que sería directora de Comunicación de Montoro en Hacienda.
La realidad objetiva de oprobio y miseria a la que la dictadura de Cuba ha llevado a los cubanos prueba la inviabilidad económica, social, política e histórica del régimen. La dictadura agoniza acrecentando el sufrimiento del pueblo al que somete y al que por 65 años engañó en una seudo revolución que es un sistema de crimen organizado, que ya no tiene opciones y cuyo colapso es solo cuestión de tiempo. La liberación del pueblo cubano con democracia es el único camino, y las democracias de las Américas y del mundo tienen un rol que aún no asumen.
La dictadura de Cuba agonizaba en 1999 en su denominado “periodo especial” que se había iniciado cuando la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) se disolvió, porque el castrismo era un satélite parásito de la URSS en el marco de la Guerra Fría. Cuando se esperaba que la dictadura cubana siguiera el camino de la URSS, Hugo Chávez tomó la presidencia de Venezuela desde la que con petróleo y dinero sacó al castrismo de su postración e inició junto con Castro y Lula da Silva (Foro de Sao Paulo) la más importante agresión contra la democracia fundada en la quimera de expansión internacionalista de Castro, con la que el siglo XXI resultó el escenario de la transformación del castrismo del siglo XX en castrochavismo, con narrativa política de “socialismo del siglo 21″.
La dictadura de Cuba pasó de estar al borde de su desaparición a controlar el movimiento anti democrático económicamente más poderoso que fue liderado por Hugo Chávez hasta su muy oportuna muerte por la que el control total pasó a Castro. El inicial movimiento populista bolivariano construyó el Petrocaribe con el que controló los votos de todo el Caribe a cambio de petróleo venezolano y luego controló a la Organización de Estados Americanos (OEA) con Insulza, mientras producía golpes de estado duros y blandos en la región con la complicidad del sometido organismo interamericano que ignoró la Carta Democrática Interamericana, en coincidencia con la inexplicable retirada de los Estados Unidos de la región.
La corrupción administrativa es un mal reiterado entre los gobernantes de todas las épocas, alcanzando un mayor o menor grado según las circunstancias y el país donde se ha padecido. Estados Unidos no ha sido la excepción, pero ha alcanzado últimamente un nivel sin precedentes como lo contemplamos en el caso de un ex Presidente al que se le imputan numerosos cargos y por los cuales está siendo sometido a diversos procesos judiciales simultáneos todavía no resueltos, en medio de un proceso electoral en el que es candidato, como también a un Presidente en funciones, quien también es candidato y está protegido por la inmunidad presidencial para no estar sometido a ningún proceso judicial por los manejos que se le imputan.
No obstante, las pruebas que involucran al Presidente parecen ser contundentes. Los Senadores Republicanos de Estados Unidos han recibido documentos de Cathay Bank que muestran millones de dólares de empresas chinas transferidos o entregados a Hunter Biden, el hijo del Presidente Biden. El hermano del presidente, James, está involucrado también en los documentos revelados.
Cathay Bank, es una institución financiera con sede en Los Ángeles y con sucursal en Hong Kong que fue fundada por inmigrantes chinos. Se ha revelado que entre 2012 y 2016 ha abierto oficinas en Beijing y Shanghai. Tiene también sucursales en Taipei.
En un movimiento inesperado, los registros financieros de los Biden fueron entregados por Cathay Bank a mediados de abril después de que los Republicanos del Senado reiteraran su solicitud, mientras que todos los demás bancos estadounidenses involucrados se negaron a hacerlo.
Este banco les entregó registros financieros que mostraban millones de dólares en pagos de empresas chinas a Hunter Biden y a su tío, James, un hermano menor del Presidente Joe Biden. Los registros que Cathay Bank proporcionó a los senadores Johnson y Grassley muestran profundos vínculos financieros entre el hijo y el hermano del presidente y la ahora desaparecida CEFC China Energy, que tenía vínculos con el Partido Comunista Chino (PCCh). [ Ver la presentación del Senador Grassley AQUÍ]