
Es algo así como la bomba de hidrogeno creada por una sociedad enloquecida
Víctor Davis Hanson (Historiador estadounidense)
Los comentaristas imparciales y especializados, coinciden en que los recientes incendios en California han sido una suerte de reto de la Naturaleza a la negligencia humana, poniendo en evidencia la corrupción y la arrogancia de una secta que dice proteger a sus semejantes pero que en realidad disfraza su agenda política con la ideología de moda.
Esquivando responsabilidad, el liderazgo DEI (Diversidad, Equidad e Inclusión) otrora conocido como Acción Afirmativa, en este caso y por mucho tiempo de izquierda, ondea la bandera de un cambio climático que no es más que el ciclo que rigen, no ellos, sino las leyes naturales. Siempre habrá vientos y estaciones; sismos y tsunamis, erupciones volcánicas y desastres de proporciones bíblicas. Pero, en algunos casos los desastres son provocados o agravados por falta de precaución, o por la mediocridad o maldad del ser humano.
Independientemente de que los incendios hayan sido causados por una chispa eléctrica o por arsonistas, y que los escabrosos vientos de Santa Ana hayan contribuido a esparcirlos, se supone que, en el estado de California, considerado la quinta economía en el mundo, los gobernantes municipales y estatales deberían estar preparados para prevenir desastres y proteger a la ciudadanía, aun en el peor de los casos.
No ha sido así y varias comunidades de Los Ángeles arde en llamas. El fuego ha consumido legendarios sectores como Malibú y Sunset Boulevard y destruidos vecindarios enteros en Pacific Palisades, Eaton, Altadena y continúa consumiendo las preciadas regiones forestales.
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