
Maestro de la verdad y de la paz, Carlos Alberto Sacheri, entregó su vida por Cristo, o sea por la Verdad con mayúscula y se convirtió así en Mártir, o sea en Testigo de la Fé.
Buenos Aires, Dic. 27.– El domingo último, el intendente de San Isidro, Ramón Lanús, descubrió un monolito en Avenida del Libertador 16.860 en homenaje a Carlos Alberto Sacheri. En ese lugar, otro domingo 22 de diciembre hace exactamente 50 años, cuando Sacheri volvía en auto con su familia de una misa en la Catedral, un guerrillero se acercó por detrás y le disparó en la cabeza. Lo mató frente a su esposa y sus siete hijos. Tres meses después, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) reivindicó su muerte.
Fue este uno de los actos más perversos de la guerrilla izquierdista que buscaba desestabilizar al gobierno peronista. La víctima no fue elegida al azar: Carlos Sacheri era doctor en filosofía y docente formado en el catolicismo, protagonista abierto a la enseñanza y el debate cultural, periodístico y académico de su época.
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