
He estado pensando en qué decirle a la Virgen de la Caridad
Se acerca la fiesta de la Virgen de la Caridad, de la Patrona, de la Reina, de la Madre.
Es un día especial para poner en sus manos nuestra vida y para, a través de ella, ponernos en las manos del Hijo y de Dios Padre.
Es un día para agradecer, y es un día para pedir. Agradecer el que haya sido durante tantos años ancla, sostén, y punto de referencia en los altibajos de nuestra historia.
Y pedir, pedirle por la realidad cotidiana de este pueblo suyo. Pedirle que mire nuestra espantosa e insuperable miseria material, y esta vida agobiante hecha de hambre, de enfermedad sin recursos, de oscuridad casi perenne.
Pedirle que mire nuestras esperanzas rotas, nuestro presente sin rumbo y nuestro futuro sin luz.
Pedirle que acoja nuestro miedo a alzar la voz, y que escuche el grito quemante que ruge hacia adentro pero que se quiebra en los labios, ante la amenaza del castigo, de la represión, de la cárcel.
Pedirle que mire cómo nos van ganando terreno el deterioro de la enseñanza, la precariedad de los servicios médicos, la falta de movilidad, la violencia, la suciedad… a la par que crecen la indiferencia y los discursos vacíos e ilógicos de los que controlan la nación.
Pedirle que nos infunda el valor de vivir en la verdad, que nos dé la fuerza para perder el miedo a expresar lo que es evidente, lo que ven nuestros ojos, lo que palpan nuestras manos, lo que todos sabemos.
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El Consejo para la Transición Democrática en Cuba (CTDC) alerta sobre la grave situación de su presidente y coordinador general de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), José Daniel Ferrer García, quien el pasado 29 de abril fue devuelto a la cárcel de Mar Verde. Desde entonces permanece detenido sin una aclaración de su situación penal, pese a la petición presentada por su esposa, la Dra. Nelva Ismarays Ortega, ante los Tribunales de Justicia Superior de Santiago de Cuba.
Las páginas más oscuras de la historia de la revolución cubana fueron arrancadas de los textos escolares, pero el tiempo se está encargando de desvelar las verdades más escondidas. Una de ellas es lo ocurrido en dos días de pólvora y silencios: el 30 y 31 de agosto de 1962, cuando se desató un baño de sangre contra los integrantes del grupo de militares y civiles organizados bajo el Frente Anticomunista de Liberación (FAL), que intentó lo inimaginable entonces: derribar al régimen de Fidel Castro desde dentro de los cuarteles. La operación fracasó antes de comenzar y el horror que siguió aún resuena en informes diplomáticos secretos, en las memorias de los sobrevivientes y en la piel de las familias que nunca pudieron despedir a sus muertos.