
Estamos viviendo, en Cuba y en el mundo, tiempos de desconcierto. Es una mezcla de cambio de paradigmas, medidas económicas drásticas, abandono de alianzas políticas, ruptura de modelos sociales, desarraigos de lo mejor de la cultura occidental de raíz cristiana, entre otras fuentes de desconcierto. A veces, para decir algo, expresamos: ¡Es que yo no entiendo nada!
Más domésticamente, en la “Isla aislada”, se enraíza el reino de la mentira llamado eufemísticamente la “posverdad”, como si la verdad ya no existiera o como si nos hubiera dado la espalda, cuando en realidad somos nosotros quienes la hemos abandonado, nos hemos dejado invadir y colonizar por la mentira tanto en nuestro interior como en lo que pensamos, decimos, sentimos y hacemos. La verdad, sin embargo, no tiene etapa posterior. Ella siempre está ahí, esperando que la busquemos, que la descubramos, que la formulemos, que la proclamemos y que la defendamos.
*El desconcierto es enemigo de la verdad*
En efecto, la verdad tiene otro enemigo solapado que viene disfrazado de incertidumbre. La verdad es zarandeada por la perplejidad que sentimos cuando los mazazos de la realidad nos dejan mareados y vacilantes. Es una sensación que va del desconcierto a la inseguridad de lo que pueda pasar, sobre todo si lo que nos amenaza no depende de nosotros, sino de órdenes, decretos, medidas, que vienen de cualquier poder autoritario que no respeta los ritmos vitales de los pueblos, que intenta saltarse el presente, como si el futuro se les acabara. Esto sucede en Cuba y también sucede en el resto del mundo, cada vez más. Se ve que es el fin de una época. Es un cambio de época.
El desconcierto en que vivimos en cada amanecer nos conduce a la incertidumbre del mañana y nos coloca en una situación de inseguridad existencial. Esto equivale a sentir que nuestras vidas no nos pertenecen, que nuestras familias dependen de las decisiones de arriba, que nuestros proyectos de vida colapsan tras cada mandato del poder. La verdad, los principios y los valores de toda la vida parece que entran en crisis, que Cuba y el mundo se hunden en una tembladera de relativismo moral. Todo vale para el poder y nada vale para el ciudadano.
- Hits: 259