Hugo Grocio junto con el español Francisco de Vitoria
uno de los padres del derecho internacional.
Huigh van Groot, conocido en idioma español como Hugo Grocio nació en Delft, cerca de Rotterdam, Holanda, el 10 de abril de 1583.
A los 8 años componía versos latinos y desde muy joven se distinguió por sus estudios de las lenguas y literaturas clásicas conforme al espíritu del Renacimiento.
Jurista, embajador, escritor y poeta. Después de Erasmo de Rotterdam el mayor humanista de los Países Bajos. Tuvo influencias intelectuales greco-latinas de Aristóteles y Cicerón, pero también del francés Jean Bodin.
De religión era devoto del Arminianismo, fundado por Jacobo Arminio en la Holanda del siglo XVII como una variante de cristianismo evangélico con discrepancias respecto del calvinismo.
En 1594 a los 11 años empezó sus estudios de Derecho en la universidad de Leiden en Holanda dónde se graduó en 1598. En Orleans, Francia se doctoró en Jurisprudencia y estudió Filosofía y además aprobó los cursos de Astrología, Matemáticas y Teología.
Cuando José Martí (1853-1895) publicó su ensayo Nuestra América, en enero de 1891, llevaba una década viviendo en Nueva York, desde donde escribió para varios periódicos hispanoamericanos. Sus largos artículos sobre lo que acontecía en Estados Unidos le fueron dando un nombre y un prestigio al exiliado cubano entre cierto círculo de lectores y, para entonces, ostentaba las representaciones consulares de Argentina, Paraguay y Uruguay, país este último que lo nombró su representante ante la Conferencia Monetaria Internacional que sesionó en Washington en los primeros meses de ese año.
La conferencia tuvo por objeto explorar la creación de un sistema monetario continental, proyecto que Martí veía con recelo, por pensar que podía servirle de instrumento de dominación regional al país anfitrión —el cual empezaba a surgir como una gran potencia— frente a las naciones del sur. Estas, pese a compartir una herencia común de lengua y tradiciones, se mostraban segmentadas y, en muchos casos, sujetas a regímenes dictatoriales o a oligarquías criollas que tenían los ojos puestos en Estados Unidos y Europa como modelos a imitar, con menosprecio de las poblaciones y tradiciones autóctonas.
Aunque el apasionado interés del cubano en América Latina se encuentra en otros muchos textos de su vasta papelería, ningún otro trabajo suyo resume tan bien como Nuestra América su pensamiento sobre el carácter y destino de la región por la que siente un amor filial y un sentido de pertenencia y cuyos graves problemas atribuyó a la falta de fe de las clases pensantes y gobernantes en los recursos propios.
Más de cuarenta años antes, Domingo Faustino Sarmiento (escritor y estadista argentino) había publicado su “Facundo, civilización y barbarie”, la obra por la que más se le conoce y en la cual identificaba la civilización con la vida urbana, frente al atraso del campo y sus habitantes, a los cuales era menester someter y civilizar.
China’s recent preemptive aggression in Ladakh has stretched India’s patience a bit too far. Prime Minister Modi decided to fight back by capturing the Black Top, a strategic peak overlooking the Pangong Lake and nearby territories. It marks a significant shift in India’s policy to deal with China.
For this operation, India deployed the Special Frontier Force, an elite and secretive special operation force consisting of exiled Tibetans. India informally declassified SFF by providing media access to cover the history of SFF and its involvement in critical military operations in the past. Furthermore, the SFF Commando Nyima Tenzin killed in conquering the Black Top peak was given a full military honor. BJP General Secretary Ram Madhav attended the funeral and was telecasted across India.
India’s clear and strong message to China that India can play the Tibet card is still short of bringing Tibet on the international platform. India’s predicament lies in history.
India’s first Prime Minister Nehru’s ill-conceived China policy led to many miscalculations and poor decisions that India is paying today. At the height of his blind faith in Mao Zedong, Nehru promoted China for the UN Security Council’s Permanent Member instead of accepting it for India. Nehru refused to oppose China’s invasion of Tibet, letting the buffer country that had kept India away from China for centuries to collapse. He even advised the Dalai Lama not to bring it to the international forum. However, Mao construed those overtures as Nehru’s weakness and attacked India in 1962 and annexed Aksai Chin from India.
Every Communist must grasp the truth, ‘Political power grows out of the barrel of a gun.’”—Mao Zedong, “Problems of War and Strategy” (Nov. 6, 1938), Selected Works, Vol. II, p. 224
During the 1960s and 1970s, when African-American revolutionaries launched street violence in cities across the United States, their close ideological and personal working relationship with the Chinese Communist Party (CCP) was very much out in the open. When Black Panther Party leaders Elaine Brown and Huey P. Newton or avowed militant revolutionaries such as Robert Williams visited Beijing in those days, it was often a photo op—sometimes with Mao Zedong himself.
On Aug. 8, 1963, the Peking Review published a statement that Chairman Mao issued at the direct request of Robert Williams, former president of the Monroe, North Carolina, chapter of the National Association for the Advancement of Colored People (NAACP) and later affiliated with the Socialist Workers Party, the Workers World Party, and members of the Communist Party USA. Mao’s statement was entitled “Statement Supporting the American Negroes in Their Just Struggle Against Racial Discrimination by U.S. Imperialism.”
Mao’s words make reference to the “American Negroes’ struggle against racial discrimination,” and claim that “American Negroes are awakening and their resistance is growing stronger and stronger … [in a] continuous expansion of their mass struggle against racial discrimination and for freedom and equal rights.”
After citing some of the early developments of the U.S. civil rights movement in the early 1960s, Mao called upon “the workers, peasants, revolutionary intellectuals, enlightened elements of the bourgeoisie and other enlightened persons of all colors in the world … to unite to oppose the racial discrimination practised by U.S. imperialism and support the American Negroes in their struggle against the racial discrimination.”
That sort of full-throated, public backing by the top levels of the CCP is absent for the revolution currently being led on America’s streets by the openly Marxist, pro-Maoist Black Lives Matter (BLM) movement and its allies among the equally communist Antifa and others. But that doesn’t mean that the ideological affiliation of Antifa and BLM leadership with communism and Beijing or even tangible CCP support for today’s communist street insurrection is absent. It’s just a little more discreet these days.
Tenemos que hablar de un tema que cada vez cobra mayor importancia en medio de la coyuntura sanitaria: el Congreso digital en México. ¿De qué se trata este concepto? Básicamente de que el Senado de la República, la Cámara de Diputados y los Congresos locales utilicen la tecnología para agilizar sus actividades tanto en sus plenos como en las comisiones de trabajo.
En los noventa, con la consolidación del uso del internet, se crearon las bases para que en estas décadas subsecuentes que vivimos sea una realidad el “gobierno electrónico”, que incluye al Congreso digital.
Se trata de tener la información que le interesa a usted como ciudadano al alcance de un clic, de digitalizar la información. Un Congreso digital es sinónimo de procesos rápidos, de consolidación de datos de manera automatizada. Hablamos de inmediatez, de fácil acceso, de interactividad.
No olvidemos que en una democracia el poder emana de la mayoría. Votamos por representantes legislativos, es decir, senadores, diputados federales y diputados locales, para que nos representen, para que lleven nuestra voz y atiendan nuestras necesidades por medio de la elaboración y reforma del marco legal que nos permite vivir en un Estado de Derecho.