Los líderes opositores instan a los eurodiputados a suspender el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación y a 'detener todo financiamiento hasta que se confirme el inicio de un proceso de transición democrática'.
Bruselas, Abr.10.– La Subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo llevó a cabo este martes una audiencia pública sobre la situación de los derechos humanos en Cuba, en la que participaron de forma telemática la fundadora de Cuba Decide, Rosa María Payá, y el líder opositor José Daniel Ferrer. Según la relatoría publicada por la página web de dicha institución, los principales temas fueron «la situación de los derechos humanos y libertades fundamentales en Cuba» y «la respuesta de la UE, estado de la cuestión y perspectivas futuras».
He estado pensando en la continuidad y en la discontinuidad
La historia de los pueblos es un proceso en el cual se va decidiendo dar continuidad a unas cosas y no darlas a otras. Por supuesto, la continuidad y la discontinuidad necesitan un criterio que guíe la elección de lo que debe seguir y de lo que debe desaparecer, y el criterio lógico es elegir lo que contribuye a que la vida del pueblo vaya mejor, porque es un criterio que se confronta con la realidad. De lo contrario, nos arriesgamos a guiarnos por criterios que, en vez de buscar su confirmación en la vida cotidiana y real, lo buscan en la ideología, en el gusto personal, en el capricho, o en la simple pasión por manejar la vida de los otros.
Ninguno de estos últimos criterios puede sostener la pretensión de continuidad, porque el hecho de que mis ideas sean hermosas o yo esté convencido de que van a funcionar no significa que, de hecho, conduzcan a una vida mejor. Del mismo modo, mis gustos y deseos tampoco son la garantía de un bienestar social, mucho menos mis caprichos, ni mi convencimiento de que la sociedad sólo puede progresar si todo se controla.
A partir del proceso iniciado en 1959, en nuestra patria se descontinuaron muchas cosas que sostenían la salud de la sociedad: se descontinuó el pluripartidismo y con ello, el derecho a la sana oposición; las elecciones libres que permiten un cambio de sistema según la voluntad popular, la autonomía de los medios de comunicación social y con ello la libertad de prensa, radio y televisión, el derecho a la huelga y a la manifestación pacífica, y la libertad de expresión sin consecuencias punitivas.
Se descontinuó la pluralidad de opciones en la enseñanza, la intervención privada en el sistema de salud, la iniciativa empresarial privada y el libre mercado. Se descontinuó la autonomía del sistema judicial y la separación de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial; la autonomía de los movimientos universitarios, la función de los sindicatos como defensores del obrero...
De niño escuché muchas veces sobre el ambiente que reinaba en los últimos tiempos de Batista, y es como si esos tiempos hubieran regresado. En todas partes, vayas donde vayas, es lo mismo: el disgusto social, el rechazo al gobierno, el miedo a la represión, y sobre todo, el deseo inmenso, profundo, genuino, de un cambio radical, del fin de un sistema que se ha vuelto una pesadilla.
Pero, evidentemente, hay diferencias. Con Batista, el Problema, con mayúsculas, era la usurpación del poder, el disgusto por un dictador que se había adueñado del gobierno del país ignorando la voluntad popular. La lucha contra Batista tenía un objetivo: la recuperación de la democracia y de la libertad que esta ofrece. Fuera de ese campo, la vida no sólo era posible sino que, en muchos sitios, los problemas eran aquellos que traen el exceso de abundancia y la indiferencia hacia el pobre que esta provoca.
Hoy no es así. Hemos regresado, sí, al mismo punto político: al rechazo a otra tiranía, a otra dictadura, con el mismo deseo de recuperar la democracia y la libertad que esta ofrece. Pero hoy hay más, mucho más. Sor Nadieska Almeida, Hija de la Caridad, ha publicado una de las mejores y más completas radiografías de la Cuba de hoy, de esa Cuba que se intenta esconder tras noticieros que se burlan de nuestra inteligencia, aparatosos viajes ministeriales o el humo de los habanos.