No sé en este momento la respuesta a esta pregunta, pero está ahí como tantas otras.
Ayer, después de un tiempo de incertidumbre, le dijimos adiós al P. David Pantaleón. Ayer recordábamos que alguien que está injustamente privado de su libertad cumplía años, Ángel Mesa. Ambos sufriendo por ser fieles a su conciencia, por su lealtad a lo que Dios, allí en lo más profundo de su ser, les pide. Allí donde se debate internamente la vida, las decisiones, ese espacio sagrado que tenemos como seres racionales, donde escuchamos si queremos. Allí, en ese espacio, también se sufre, porque basta que quieras ser coherente con ese diálogo interior para que tu alma se debata continuamente entre lo que quieres tú y lo que te pide ÉL.
Hoy hacemos memoria de la Santa Cruz, y aquí se nos une la vida íntegra del Maestro de Nazaret, que en una madrugada de oración al Padre pidió: "aparta de mí este cáliz, pero que se haga tu voluntad", y esa voluntad lo llevó a la peor de las muertes, la más ignominiosa. ¿Acaso un discípulo fiel, leal, tendrá una vida diferente?
No, no debe. Quien sigue al Maestro tiene que cargar con la cruz y llevarla dignamente, es lo que están haciendo estos dos hombres, no por voluntad personal, por COHERENCIA. Esto con tristeza, sufrimiento, desarraigos. Es muy duro vivir en una cárcel por reclamar derechos o simplemente pedir libertad o cambio, o expresar el deseo de algo diferente. Y se hace más duro el presidio teniendo a una madre anciana a quien cuidar.
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