Se produjo a partir del asesinato de Mahsa Amini el 16 de septiembre contra los abusos y violaciones a los derechos humanos
Nov. 9 (DP.net).– La República Islámica de Irán continúa con absoluta impunidad su ataque violento contra civiles en todo el país, mientras las protestas crecen en una revolución en toda regla.
Todo comenzó con la muerte de Mahsa Amini, una mujer de 22 años detenida por la policía moral en Teherán el 13 de septiembre por presuntamente violar las estrictas normas iraníes que exigen que las mujeres se cubran el pelo con un hiyab o pañuelo en la cabeza.
Hubo informes de que los oficiales le golpearon la cabeza con una porra cuando fue detenida. La policía negó el hecho y dijo que sufrió un ataque al corazón. Para respaldar su afirmación, las autoridades publicaron imágenes de Amini colapsando en una estación de policía, pero el clip, junto con imágenes de ella en coma, enfureció a los iraníes.
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