Buenos Aires, Jun.26 (EFE).– Apenas cinco días después de que finalizara la última y más sangrienta dictadura argentina (1976-1983), Raúl Alfonsín, primer presidente de la democracia, impulsó la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), que, liderada por el escritor Ernesto Sábato y considerada pionera en el mundo, sentó las bases para hacer justicia sobre los casos de desaparecidos por el régimen.
"La Conadep se pudo hacer porque el presidente que estaba a la cabeza del partido que ganó las elecciones después de la dictadura era un hombre convencido de la defensa de los derechos humanos. Tan es así que eligió para jurar el cargo el día de los derechos humanos. Desde entonces, de 1983 para adelante, todos los presidentes en Argentina juran el 10 de diciembre", cuenta a Efe Graciela Fernández Meijide, que en la Comisión fue la secretaria encargada de recibir las denuncias de desaparición presentadas por las familias de las víctimas.
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