EMInves, Unión Europea, 2014
258 págs. con ilustraciones y gráficos
Tenemos aquí una obra intrigante que presenta un análisis sumamente original y totalmente distinto a los que estamos acostumbrados sobre la globalización y sus mecanismos menos visibles, planteado como una "Teoría del mundo cúbico" que lo transforma desde la perspectiva armónica y fluida del mundo esférico a una perspectiva cúbica de seis caras que se agudiza en doce aristas, las cuales van desvelándose a lo largo de los capítulos del libro. Todo el análisis es simbólico, añadiendo a las aristas los vértices de zonas sensibles y el tronco de pirámide de los planos superiores, con el propósito de darle sentido a las realidades de hoy.
Si el lector supera las consideraciones introductorias de las primeras 29 páginas, que intentan darle sentido estructural a un análisis geométrico, utilizando raíces esotéricas y especulaciones numerológicas, manejadas como un recurso nemotécnico que permita una mejor visualización del análisis posterior, esta obra despierta en el resto de sus páginas la profunda curiosidad del lector por conocer la maraña de intereses creados que aglutinan las estructuras de poder en el mundo globalizado, según la desentraña su autor.
Podemos estar en desacuerdo con muchos de sus argumentos puntuales, pero debemos reconocer una notable visión de conjunto y la originalidad de sus planteamientos y el enfoque que hace de los principios de la ideología de las élites globalizadoras.
En una entrevista que publica el autor en InfoKrisis, subraya que: "Lo esencial de toda teoría política es interpretar el mundo en función de un esquema propio que ayude a explicar la génesis de la coyuntura histórica que se vive y cuál será su evolución futura. Esto es hasta tal punto necesario que, sin esto, puede decirse que ninguna doctrina política, ninguna concepción del mundo, logrará definir los mecanismos estratégicos para modificar aquellos aspectos de la realidad que le resulten rechazables o discordantes. Para que un modelo de interpretación de la realidad sea eficiente, es preciso que integre los aspectos esenciales del fenómeno que analiza. Los modelos geométricos son particularmente interesantes por lo que tienen de «visual». De entre ellos, el cubo es, sin duda, el que mejor se adapta a la globalización y, por tanto, es el que hemos utilizado para nuestro análisis."
El autor es periodista y, efectivamente, la obra tiene el estilo dinámico y ameno que se manifiesta como un largo ensayo de periodismo de opinión, en el que se plantea una hipótesis personal sin notas de pie de página ni una bibliografía que respalde el análisis.
Esto le resta al impacto que debieran causar en el lector algunos inquietantes planteamientos del Capítulo III. Entre ellos, cabe mencionar que al autor le "parece muy difícil que en los países emergentes puedan cristalizar verdaderas democracias formales" y afirma categóricamente "que las nuevas y pretendidas «democracias» que se implanten por decreto en el Tercer Mundo no se asentarán jamás sobre los intereses de una burguesía amplia y enriquecida, sino más bien sobre estructuras tribales pre-existentes, devenidas aristocracias económicas que carecen del más mínimo espíritu democrático". Y destaca la cruda realidad al dibujar "el perfil de los beneficiarios de la globalización [que] no es el mismo en todo el mundo: jeques árabes, reyezuelos africanos devenidos «presidentes» de escuálidas repúblicas, ayatollahs llegados al poder mediante elecciones en las que tribalismo y clientelismo sustituyen a los partidos y a la limpieza en el proceso, dinastías capitalistas del Primer Mundo, presidentes y directores generales de grandes empresas especializadas en microinformática, armamento, fondos de inversión, multinacionales, consorcios bancarios ... todo ello forma el grupo de cabeza de los «beneficiarios de la globalización» cuyo ámbito de influencia no se circunscribe al marco de un Estado-Nación".
Sin lugar a dudas encontramos en este libro planteamientos agudos e intrigantes que fomentarán en el lector nuevas inquietudes sobre el fenómeno actual de la glonbalización.