Valencia, Jun.8.─ La persecución que sufren los cristianos, sobre todo en el Oriente Medio, pero también en Corea del Norte, China, Irán y algunos países de África, se manifiesta de una forma más insidiosa en países democráticos en los que se intenta limitar la libertad religiosa y el derecho de expresión con argumentos legalistas.
El caso más reciente se ha desarrollado en España mediante una acción legal contra el Cardenal Antonio Cañizares, acusado en los tribunales de Valencia como si se tratara de un delincuente.
El Partido Socialista Popular valenciano (PSPV) está a la vanguardia de esta acción legal, como lo señala el portavos socialista, Manuel Mata, subrayando que no van a "consentir que se devuelva el Medievo" a los valencianos ni que haya "injerencias permanentes" de la religión en la sociedad. El portavos de Ciudadanos, Alexis Mari, en otra declaración señaló que Cañizares "se ha metido un gol en propia puerta y en el último minuto", con unas declaraciones "desacertadas", además de "homófobas y misóginas" que "dañan la convivencia pacífica" entre las personas.
El terribe delito cometido por el Cardenal Cañizares consiste en haber dicho durante una homilía sobre la familia que: “En la familia se juega el futuro del hombre y de toda la sociedad (...) La familia (...) sufre ataques de gran calado, que a nadie se nos oculta. Ahí tenemos legislaciones contrarias a la familia, la acción de fuerzas políticas y sociales, a la que se suman movimientos y acciones del imperio gay, de ideologías como el feminismo radical o la más insidiosa de todas, la ideología de género.”
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