La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo se sostiene sobre una extensa red de espías y delatores, donde la orden es “todos a vigilar a todos”
Nicaragua es un país donde nadie se siente a salvo ni siquiera en su propia casa. La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha tejido una extensa red de espionaje en la que los vecinos vigilan a sus vecinos, opositores y críticos son forzados a convertirse en delatores, y las aulas y centros de trabajo se han vuelto trincheras de control político.
El resultado es un país donde nueve de cada diez nicaragüenses aseguran sentirse vigilados, según una reciente encuesta de la organización en el exilio Hagamos Democracia.
El sondeo, realizado entre abril y junio de 2025 en 40 municipios y con una muestra de 400 personas, reveló que el 92.25 por ciento de los encuestados identifica a los Consejos de Liderazgo Sandinista (CLS) como los principales operadores de vigilancia en su entorno. Tres de cada diez señalaron a la Policía, y apenas un 1.35 por ciento mencionó de manera directa a los secretarios políticos, aunque forman parte de la estructura de los CLS.“Este dato es interesante porque refleja que la gente siente que son sus propios vecinos quienes la vigilan: el CLS del barrio, los secretarios políticos”, explicó Jesús Tefel, dirigente de Hagamos Democracia.
La arquitectura del control ha sido asentada en capas. En el nivel barrial, los CLS actúan como columna vertebral. Según el Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua (GHREN) de la ONU, esos comités ejercen control comunitario, identifican opositores, presionan para asistir a actos partidarios y alimentan con información a un entramado que incluye Juventud Sandinista, sindicatos oficialistas y entidades públicas.
La coordinación no se limita a lo territorial: se extiende a la vida institucional a través de la Policía, ministerios y alcaldías, y alcanza la vida cotidiana mediante docentes, brigadistas de salud, encuestadores y compañeros de trabajo que, por temor o coacción, reportan movimientos, amistades y conversaciones...
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