- La visita del alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos debe ser una ocasión para que los distintos actores, nacionales e internacionales, se comprometan con el Estado de Derecho, con la democracia, con las libertades y con la dignidad del ser humano.
Caracas, Ene. 25.– Del 26 al 28 de enero estará en Caracas el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en visita oficial.
Sorprende que la visita se haya organizado con tanta discreción. Apenas ha sido en estas últimas semanas que la noticia ha trascendido y sólo hasta hoy se ha podido recibir una confirmación por parte de la ONU en relación con la fecha en la que se llevará a cabo, visto que el alto comisionado Volker Türk estuvo en Ecuador y de allí se trasladó a Colombia.
La visita de su predecesora, Michelle Bachelet (quien recibió una invitación oficial apenas tomó posesión de su cargo en septiembre de 2018), fue anunciada con bombos y platillos por el entonces canciller del régimen, Jorge Arreaza.
En esta oportunidad, la invitación pudo haber sido extendida en diciembre por Delcy Rodríguez, pero al no conocerse hasta recientemente, muchos interesados han quedado fuera de la agenda.
Varias son las condiciones indispensables para que se lleve a cabo una visita oficial. La primera de ellas es que el alto funcionario reciba una invitación. Sin invitación no puede ir en misión a ningún país. La segunda, y también de mucha importancia, es el compromiso por parte de las autoridades del país anfitrión en dar libertad total de movimiento, y libertad e independencia para establecer la agenda según los intereses de la organización, sin injerencias, ni represalias a los entrevistados. Este acceso irrestricto permite al alto comisionado y a su comitiva tener una nítida visión de los derechos humanos en el país.
En esta oportunidad, al igual que ocurrió en 2019, se espera que se reúna con representantes de la sociedad civil, pero no queda claro si estas reuniones ...
[ Texto completo ]