Tal parece que las convocatorias a alistarse en las milicias obreras maduristas no han cumplido con las expectativas anunciadas por el régimen, a través de su portavoz estelar el mandatario Nicolás Maduro, quien se ufanaba de la integración de 4.5 millones de milicianos en la última semana de agosto, para luego reforzar la cifra hasta el alistamiento de 8 millones de combatientes.
En realidad, otra ha sido la historia, durante la última semana de agosto los centros de inscripción para la Milicia Nacional Bolivariana permanecieron vacíos pese a la convocatoria oficial, demostrando el poco interés que ha mostrado la población en defender un régimen deslegitimado por su derrota el 28 de julio 2024 y por haber ocasionado el calvario que vive cada ser humano en el país.
Después del fracaso de su primera convocatoria, la vocería gubernamental ha insistido ante la movilización de la Armada norteamericana en el Caribe, en la perorata patriota refiriéndose a la famosa frase pronunciada por el presidente Cipriano Castro en 1902, durante una invasión extranjera, proclamando que "la planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la patria”. Aun así, las jornadas de reclutamiento militar el pasado viernes 29 y sábado 30/08 resultaron un nuevo fracaso, siendo la soledad bucólica de un fin de semana la única compañía.
Por otra parte, como señala la web Infobae, medios y líderes opositores reportaron plazas públicas desiertas en numerosos estados del país durante la jornada previa, contradiciendo la versión oficial sobre la participación ciudadana en regiones tradicionalmente oficialistas. Las denuncias indican la ausencia de voluntarios y reservistas en lugares emblemáticos como Catia La Mar, Carayaca y El Junko en el estado Vargas, reiterando que “ningún venezolano se alista con criminales”.
En realidad, aun cuando el Ministro de Defensa aseguró que el proceso era de carácter “voluntario” y pidió evitar el “nerviosismo” ante la situación, indicando que no es obligatorio, en nombre del “Plan Nacional de Soberanía y Paz”, el contexto de la convocatoria transcurre en una Venezuela marcada por una prolongada crisis económica y social, con hiperinflación, escasez de productos básicos y una emigración que supera los 9 millones de personas desde 2013.
En resumen, la indiferencia ciudadana a la convocatoria oficialista contradice el relato gubernamental, frente a un escenario donde priva el rechazo de un país ante un régimen que ha violentado el estado de derecho y responsable de habernos conducido a la ruina.
El rechazo ciudadano ha derivado en el incumplimiento de las cuotas millonarias anunciadas como integrantes de las “milicias obreras en pie de lucha”, determinando el surgimiento de medidas coercitivas registradas en diferentes regiones de Venezuela, como es el caso del Estado Bolívar, las denuncias apuntan a posibles casos de reclutamiento forzoso. Mientras que en redes sociales se denuncia que en empresas del estado: PDVSA, CORPOELEC, alcaldías, ha habido presión hacia empleados, trabajadores petroleros y educadores.
En esa dirección habitantes de comunidades mineras de Tumeremo y El Dorado relataron a la periodista Sebastiana Barráez, de Infobae, que en la madrugada del 28 de agosto unidades del Ejército comenzaron a detener jóvenes en las calles. “Se llevaron a los que encontraban en la calle. Nos dijeron que a las 10:00 de la noche arrancaría la recluta, pero no lo creíamos. Al final, era cierto”, denunció una mujer cuyo esposo e hijo trabajan en las minas. Fuentes locales señalaron que en puntos como Los Arenales y La Camorra los militares se desplazaban en camiones y camionetas, captando a hombres jóvenes para sumarlos a las filas de la milicia.
En otros estados como es el caso del Estado Zulia, tanto en Maracaibo como en la Costa Oriental del Lago, se ha denunciado redadas diurnas y nocturnas, donde se ha detenido a ciudadanos desde menores de edad hasta los 50 años, creando un clima de persecución y hostigamiento injustificable.
En definitiva, es una raya mas para un régimen señalado en 2024, primero el 27 de junio, por los jueces de la Corte Penal Internacional (CPI) y más tarde en septiembre por la Misión de Determinación de los Hechos de las Naciones Unidas, al autorizar la reanudación de una investigación sobre la presunta comisión de crímenes de lesa humanidad en Venezuela, resaltando la comisión de graves violaciones de derechos humanos que replicaban los patrones de conducta que la Misión había calificado anteriormente como crímenes de lesa humanidad.
En materia de reclutamiento militar forzoso, veamos si éste podría ser agregado al caso venezolano como delito de lesa humanidad, observemos lo indicado por el Estatuto de Roma en el artículo 7: “Los delitos de lesa humanidad son actos graves y sistemáticos cometidos contra una población civil, como asesinato, tortura, esclavitud, deportación, violencia sexual y persecución, que sacuden la conciencia humana. Estos crímenes no requieren de un conflicto armado y pueden ser perpetrados por gobiernos, fuerzas militares o grupos armados organizados”.
El curso y fundamentación de las investigaciones sobre la situación de DDHH en nuestro país por parte de los organismos especializados, determinará si estamos en presencia de un nuevo crimen perpetrado por un régimen de facto señalado como estado forajido por la comunidad internacional.
Froilán Barrios Nieves Movimiento Laborista
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