Hablamos con los tres investigadores que han puesto patas arriba el mundo de las revistas académicas ‘políticamente correctas’ desencadenando con ello una caza de brujas.
En octubre saltó a los medios la espectacular broma que tres investigadores habían planificado a lo largo de un año y medio para poner patas arriba el sistema de validación de las revistas académicas norteamericanas y las bases teóricas de la izquierda posmoderna. El asunto trascendió en la prensa española con menos ruido del imaginable, aunque se supo. Peter Boghossian, James A. Lindsay y Helen Pluckrose habían conseguido colar 12 artículos falsos con tesis abominables en las principales gacetas académicas especializadas en asuntos de género y diversidad. Querían demostrar que los departamentos de humanidades están lo suficientemente infectados de relativismo moral ‘posmo‘ como para permitir citas del ‘Mein Kampf ‘siempre que se les aplique un filtro de lenguaje inclusivo. Sustituyeron “judío” por “hombre blanco heterosexual” y lo lograron que Hitler se convirtiera en un referente teórico aceptable.
El escándalo fue superior al que produjo Alan Sokal con sus ‘Imposturas intelectuales’. Si aquel científico quería demostrar que las revistas de filosofía contemporáneas son capaces de publicar sinsentidos siempre que vengan redactados con pompa y muchas referencias a Kristeva, el nuevo trío de bromistas fue mucho más allá. Demostraron que el esquema moral de la izquierda contemporánea está torcido por una pésima digestión de Foucault y Derrida, y que la división de la sociedad entre grupos oprimidos y grupos opresores permite que se publiquen auténticos alegatos racistas y sexistas, siempre que se elija bien el color y el sexo para el que se va a exigir el castigo.
- Hits: 5274
El concepto de Estado de Derecho es bastante polémico en la actualidad, sobre todo en las regiones latinoamericanas. Si lo analizamos en detalle, y aplicamos su definición a la realidad cubana, podemos llegar fácilmente a conclusiones que demuestran la ausencia de este mecanismo democrático universal. En primera instancia el Estado de Derecho es el tipo de organización política del Estado donde la organización, desempeño y control del poder se realizan de acuerdo a la jurisprudencia. Lo más notable es la división, independencia, pero a la vez mutuo control de los tres poderes del Estado, es decir, el poder ejecutivo, legislativo y judicial. En un gobierno centralizado, como sucede en el caso cubano, las funciones de los tres poderes rectores se solapan, no existe independencia entre ellos, lo que acarrea que los mecanismos de desempeño y evaluación de las funciones fallen en múltiples ocasiones. Mucho menos puede existir autonomía de poderes cuando se coloca a una entidad como el Partido Comunista de Cuba (único partido político oficialmente existente en Cuba), por encima de la propia Asamblea Nacional, por encima de la Constitución, y se declara como “fuerza dirigente y superior de la sociedad y del Estado”.
