Ahora que el régimen castrista ha puesto coto a la actividad de las mal llamadas “mulas” en Cuba, que son trabajadores independientes dedicados a la compra de todo tipo de artículos inexistentes en las tiendas cubanas para su venta a clientes previos, y con ello obtener unos ingresos que cubran el coste del viaje y un beneficio por la dedicación, convendría que el régimen detuviera su acción contra las distintas opciones de libertad económica que existen en la isla y que escuche lo que dicen los organismos internacionales.
Precisamente, la OIT, Organización Internacional del Trabajo de Naciones Unidas, afirma que los trabajadores independientes y las microempresas, así como las pequeñas y medianas empresas, tienen un papel muy importante como proveedores de trabajo, mucho más de lo que se pensaba, y por ello merecen la máxima atención por parte de los gobiernos. Estas unidades económicas son fuentes principales de creación de empleo para todo tipo de trabajadores, como se indica en el estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) titulado “Lo pequeño importa. Datos mundiales sobre las contribuciones al empleo de los trabajadores independientes, las microempresas y las pymes”.
El estudio señala que estas "pequeñas unidades económicas" representan el 70% del empleo total a nivel mundial, es decir, que generan más empleo que las empresas grandes en todos los países analizados, que han sido un total de 99, entre ellos España. No deja de ser curioso que en Cuba los trabajadores por cuenta propia apenas alcancen un 13% del empleo total, si bien es cierto que han aumentado las cifras en los últimos años, pero situándose lejos de los resultados de otros países. El régimen castrista mantiene una apuesta absoluta por el sector presupuestado y niega a los cubanos el derecho a la libre empresa.
Además, otro aspecto importante es que la OIT destaca que la contribución al empleo de las conocidas como pequeñas unidades económicas es mayor en los países de nivel de renta bajo y medio, comparado con los países más avanzados, convirtiéndose en una estrategia muy adecuada para generar empleo en países como Cuba, que forma parte de ese colectivo de países de bajos ingresos, y que podría ver muy reforzada su estructura económica y empresarial si siguiera estas recomendaciones de Naciones Unidas.
A diferencia de lo que ocurre en otros países, la persecución y represión que desata continuamente el régimen comunista cubano contra las pequeñas empresas y trabajadores por cuenta propia lastra sus opciones de crecimiento. No existen previsiones sobre la capacidad de creación de empleo de estas empresas en el futuro, y por ello muchos cubanos desconfían de sus oportunidades. Detrás de ello, la opción ideológica del régimen impide aprovechar esas ventajas.
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