La ley autoriza vigilar y rastrear comunicaciones telefónicas; el gobierno defiende que respeta las libertades fundamentales
París, Mayo 7.─ La cuna de la libertad de expresión ya puede ser vigilada sin necesidad de una orden judicial. Ayer la Asamblea Nacional francesa aprobó por amplia mayoría (438 votos a favor, 85 en contra y 42 abstenciones) una nueva ley que permite a los servicios secretos rastrear la red e interceptar comunicaciones telefónicas. La medida trata de evitar una nueva tragedia luego de los ataques yihadistas que sufrió París en enero pasado.
El primer ministro galo, Manuel Valls, defendió el texto y elogió el éxito de la votación: “Quiero felicitarme por la gran mayoría a favor del texto sobre inteligencia”. Valls también aseguró que las nuevas normas protegen “nuestras libertades fundamentales y encuadran la actividad de nuestros servicios de Inteligencia y les dan más medios para que sean más eficaces”.
Mientras que para el gobierno la medida que legaliza actividades de espionaje a sospechosos y permite que se exija a las empresas que entreguen datos de personas investigadas es necesaria, asociaciones de derechos civiles acusan que atenta contra la libre expresión.
La Asociación de Víctimas del Terrorismo manifestó sus críticas porque el marco legal no está bien definido y los objetivos son demasiado amplios. Según el diario español La Razón, el principal reproche que hacen a la ley es que autoriza una vigilancia masiva de los ciudadanos, legalizando técnicas para interceptar comunicaciones en el sentido más amplio y extrayendo esa práctica de un control judicial, porque las autorizaciones dependerán de un órgano administrativo.
Para la presidenta de la Comisión Nacional de Consulta de los Derechos del Hombre, Christine Lazerges, la ley podría caer en “una vigilancia generalizada e indiferenciada” ...
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