EEUU: La tumba de los niños desobedientes

Los restos de 55 cuerpos han sido hallados en el cementerio de un antiguo reformatorio público de Florida investigado por abusos

  • Oficialmente había solo 31 niños enterrados
  • Los abusos en reformatorios de menores suelen pasar desapercibidos, y EEUU no es la excepción  

Omnibus del reformatorio  Maraianna, FL. Feb.3.─ Cavaron tres meses buscando 50 cuerpos, en un cementerio donde oficialmente debían estar enterrados 31: 29 jóvenes estudiantes y dos empleados de la antigua escuela para varones Arthur G. Dozier de Marianna, Florida. Cavaron entre septiembre y diciembre de 2013 donde indicaban las sombras rojas y amarillas del radar de prospección, y encontraron más cuerpos de los que buscaban. Encontraron más niños. Y los antropólogos no dudan que encontrarán otro medio centenar si siguen cavando.

En el Panhandle de Florida, el "mango" fronterizo de 200 millas de largo que colinda en el noroeste con los Estados sureños de Alabama y Luisiana, el reformatorio de Marianna arrastra una oscura fama de más de un siglo por los abusos que allí se cometían. No era una prisión, en términos formales. En la época en la que fue inaugurado —el 1 de enero de 1900— no había prisiones en Florida, sino campos de trabajo como éste, donde el castigo físico —las palizas, el confinamiento, las cadenas— y la segregación racial eran política de la institución.

Allí iban a parar los jóvenes y niños entre seis y 18 años de edad, con condenas penales por robo o lesiones. También los acusados de ausentismo escolar, los "incorregibles" y los huérfanos de 22 condados distintos de los Estados sureños de Florida, Georgia y Carolina del Sur. Hasta que fue clausurado, el 30 de junio de 2011.

El reformatorio de Marianna fue el primero de este tipo en Estados Unidos. Fue rebautizado tres veces y estuvo siempre a cargo del Departamento de Justicia Juvenil de Florida. El Estado le cambió el nombre por primera vez en 1914, después de que seis investigaciones legislativas comprobaron que, durante los 13 años anteriores, los niños de Marianna recibían castigos brutales e inapropiados, que eran encadenados y que su alimentación y sus albergues eran paupérrimos. Especialmente los de los chicos negros, a quienes les correspondía trabajar en los cultivos de madera, algodón y hortalizas de la escuela y que eran cedidos para trabajar por temporadas como mano de obra en granjas del pueblo. En 1968 fue llamada Escuela para varones Arthur G. Dozier, en honor a uno de sus exdirectores ...

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