Mensajeros de la Paz reintegró con sus parientes a uno de los niños rescatados de la explotación laboral y durante el seguimiento del caso la organización descubrió que la familia le había mandado de nuevo a trabajar en Nigeria. Este comportamiento no se considera un delito en Benín
Madrid, Mar.10 (EuropaPress).─ El presidente de Mensajeros de la Paz en Benín, cuyo nombre de cuna es Kouduro Rama Yao pero a quien todos llaman Florian, encabeza desde hace diez años esta filial de la organización del padre Ángel García (foto) en un país donde el abandono de niños no está tipificado como delito y la trata de menores y la explotación infantil se encuentran a la orden del día, hasta el punto de que, según afirma, "el precio de un niño depende de lo bueno que seas haciendo el negocio".
Florian dirige uno de los dos centros de protección infantil que Mensajeros regenta en el país y preside la Respect, una red local de ONG, asociaciones y congregaciones religiosas organizada para rescatar y proteger a los niños de todo tipo de condiciones de abuso y violencia, con un método que funciona y que en las próximas semanas se convertirá en decreto ley marcando las pautas de trabajo con menores y los estándares de calidad de los centros de acogida de todo Benín.
Esta red de "ojos", que trabaja en estrecha colaboración con la brigada policial de menores, vigila los mercados, lugares preferentes tanto para el abandono de niños como para su compra venta, y dan la voz de alarma. El equipo de Mensajeros acude a la llamada, acoge al niño en su centro de protección y emprende una labor detectivesca para componer las piezas del puzzle de su historia y encontrar a su familia.
Algunos escaparon de un matrimonio forzoso, de la explotación laboral, del abuso sexual o de los malos tratos que les ofrecía su casa y acabaron perdidos en la gran ciudad. Otros fueron abandonados por sus padres, vendidos ...
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