"No encontrarán un puerto seguro, ni una salida fácil ni una forma de abandonar el país. Van a perder todo", advirtió a los militares si toman el camino de continuar apoyando al dictador Maduro.
Guaidó ha prometido que la ayuda entrará al país el próximo sábado 23 de febrero, cuando se cumple un mes de su juramentación como presidente interino de Venezuela, una medida apoyada por 52 países.
Miami, Feb.18.– El Presidente Donald Trump dijo el lunes en Miami que "un nuevo día está por amanecer en Venezuela", en un acto en el que advirtió a los militares que no continúen cumpliendo órdenes del presidente en disputa Nicolás Maduro y que permitan la entrada de la ayuda humanitaria.
Trump reiteró el respaldo de Estados Unidos al presidente interino Juan Guaidó.
El Comité Central del Partido Comunista de Cuba (o sea, Raúl Castro) está muy preocupado. Ha hecho publicar en Granma, su tribuna, una “Declaración del Gobierno Revolucionario” con el objeto de “detener la aventura militar imperialista contra Venezuela”.
Los operadores políticos cubanos radicados en Venezuela saben (y así se lo han hecho saber a La Habana) que Nicolás Maduro está liquidado sin remedio. No tienen forma de salvarlo. Juan Guaidó tuvo el respaldo del 87% de los venezolanos, pero, según las encuestas, en los últimos días aumentó más de 3 puntos. Ya exhibe el 90.08 % frente al 3.75% satisfecho con Maduro.
Por la otra punta, 51 de las mayores y más acreditadas democracias del planeta reconocen a Guaidó. Asimismo, es el gobernante legítimo de acuerdo con la Constitución del país, mientras la Asamblea Nacional, la única institución oficial del país internacionalmente aceptada, lo ha convertido en “presidente interino”.
La hipótesis que todos manejan (incluido el régimen cubano) es que el 23 de febrero, o antes, cuando lleven la ayuda humanitaria a los venezolanos, el mínimo respaldo que posee Maduro se desmoronará.
El 23 de enero, tras 61 años del derrocamiento de la viciosa dictadura de Marcos Pérez Jiménez, los venezolanos volvimos a tener un día de fiesta democrática.
Pérez Jiménez había sido electo de manera fraudulenta por una Asamblea Constituyente en 1953. Su presidencia tenía que concluir en 1958, pero a fines de 1957, en vez de convocar elecciones libres y transparentes, hizo un plebiscito sobre su gobierno y resultó electo en un proceso amañado. Después de una serie de protestas y la fractura del estamento militar, los venezolanos recuperaron la democracia el 23 de enero de 1958.
Hoy los venezolanos nos vemos una vez más ante el desafío de restaurar la democracia y reconstruir el país, pero en el contexto de una emergencia humanitaria: hay una dramática escasez de alimentos y medicinas, los servicios básicos colapsaron, un número cada vez mayor de menores sufren desnutrición infantil y enfermedades que estaban erradicadas han regresado.
Tenemos una de las tasas de homicidios más altas del mundo, que se ve agravada por la persecución política y la represión contra quienes se oponen al régimen de Nicolás Maduro. Esta tragedia ha originado el éxodo más grande de nuestro hemisferio con tres millones de compatriotas en el exilio.
Quiero dejar claro lo que sucede en Venezuela: las elecciones del 20 de mayo de 2018 fueron ilegítimas, como ha reconocido la comunidad internacional. Por eso, desde el 10 de enero, cuando finalizó el periodo presidencial 2013-2019, Nicolás Maduro está usurpando la presidencia de la república.