Los aliados regionales pactan estrechar el cerco diplomático, mientras EEUU insta a congelar los activos de la petrolera estatal venezolana
Bogotá, Feb.25.– No habrá intervención militar en Venezuela, como algunos quisieran y otros muchos temen, en especial en Colombia. La espada de Damocles sigue pendiendo sobre el régimen chavista, ninguna opción está cerrada, pero de momento no activarán la alternativa más controvertida y delicada.
En la Cumbre celebrada hoy en Bogotá, el Grupo de Lima, creado en 2017 e integrado por 14 países, excluyó el uso de la fuerza para derrocar la dictadura. En su lugar, decidió seguir por la senda del cerco diplomático, apretar un poco más las clavijas de las sanciones económicas y sumar aliados, como México y Uruguay, que aún ven con recelo los pasos dados. Al mismo tiempo, incentivar la huida hacia Colombia de efectivos de las fuerzas militares, el principal sostén de Nicolás Maduro y sus huestes, para debilitarlos.
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