Un año de fraudes electorales consuma la política de estado de un régimen aborrecido por la mayoría de la población, cuyo talante democrático lo demostró con creces el domingo 27/07 y el pasado 25/05 con el no acatamiento al voto, para unas elecciones cuyo resultado ya estaba cantado a favor de un mapa nacional rojo salpicado de algunas pintas de la “oposición oficialista”.
Definitivamente el régimen paga el precio del desprecio popular por haber prostituido el sistema electoral, convirtiéndolo solo en la vía para apropiarse de los situados estadales y municipales, y en una fuente de empleo para 24 gobernadores, 260 diputados de los parlamentos regionales, 335 alcaldes, 2471 concejales, el mantenimiento de una nómina a repartir entre su militancia que garantice por 4 años la sobrevivencia.
En su desesperación para esfumar de la conciencia ciudadana la humillante derrota electoral del 28 de julio 2024, el mandatario usurpador decreta 10 días de jolgorios intentando simular una celebración más cercana a un velorio, ante los datos extraoficiales de la participación del pasado 27/07, cuyos indicadores señalan que ni su fiel militancia asistió al bochorno dominical. En efecto datos extraoficiales resaltan una participación de 7,6 % del Registro Electoral, ausencia notoria de testigos de mesa, inasistencia de funcionarios electorales del CNE y la imposibilidad de apertura o funcionamiento de centros electorales urbanos y periurbanos en un 67%.
Estas cifras lapidarias al culminar la repartición del botín electoral preparan el escenario de protestas para una población que sobrevive a una economía en ruinas, y la gestión corrupta de un régimen tiránico cuya condición para mantenerse es afrontar la demanda de salarios, servicios públicos decentes, combinado con la exigencia de libertad de expresión y la liberación de los presos políticos componen un coctel que tensará la situación social y económica en el país.
Sabemos de las múltiples patrañas de la cáfila gobernante para intentar captar incautos al promover un “nuevo tipo de democracia”, con una propuesta de reforma constitucional que hoy es un misterio, en manos de una comisión de adeptos a la camarilla cívico-militar gobernante, cuyas intenciones no dudamos se orienta al objetivo del estado comunal inspirada en el estado castrista que conlleve la eliminación de la actual constitución y del voto universal directo y secreto.
Por otra parte, nada de lo señalado puede retrasar la respuesta urgente a las exigencias de una población en crisis humanitaria ante una economía reducida a la miseria, donde las industrias funcionan a un 25% de su capacidad productiva, donde los empleos son precarios con salarios cercanos a 1 dólar mensual. Hoy no hay más excusas, la población sufre las consecuencias de la actual gestión madurista que ha cambiado dos veces el signo monetario, del bolívar fuerte al bolívar soberano, y de este el nefasto bolívar digital, cuyo balance ha sido la brutal pérdida del poder adquisitivo de salarios y pensiones y la precarización laboral generalizada.
Pronto los 252 venezolanos liberados del CECOT El Salvador quienes declaraban venir del infierno, se rendirán ante la realidad del apocalipsis que sufre hoy nuestro país, marcado por la negligencia premeditada del régimen quien ha ignorado las recomendaciones del Foro Social durante 3 años como consecuencia de la Comisión de Encuesta de la OIT.
En este escenario los empresarios cuyo reciente congreso de Fedecámaras eligió una nueva directiva, tiene especial responsabilidad al compartir la política remunerativa gubernamental, orientada a la destrucción del salario y el poder adquisitivo sustituida por el concepto de “ingreso”, sin ningún efecto en las prestaciones sociales.
Correr la arruga con cantos de sirena significa una afrenta para los trabajadores, sindicatos y centrales sindicales, dispuestos a no entregar el legado de un siglo de luchas laborales y conquistas consagradas en el marco normativo legal y constitucional. Desoír el clamor popular por una economía que supere la subsistencia es burlar la aspiración ciudadana que en la segunda mitad del siglo XX aprendió a vivir en democracia, libertad de expresión y trabajo digno.
Froilan Barrios Nieves Movimiento Laborista
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