*Cuídate*
Sor Nadieska Almeida, HC
7 de diciembre de 2025
_“Cuídate”._ Es una expresión que desde hace tiempo hemos incorporado en nuestras despedidas. Suena siempre a cariño, preocupación y ternura hacia la persona a quien se la decimos, y de fondo lleva una intención de bien.
Reconozco que muchas veces cuando me ponen la mano en el hombro o me dan un abrazo, y casi en automático escucho esa expresión, yo la acojo con toda la carga de bondad que trae. Sin embargo, no dejo de preguntarme: ¿Cuidarme de qué?, ¿de quién o de quiénes? ¿Cómo?
Hoy nos envuelve una inseguridad muy grande, a diario vemos cómo aumenta la cantidad de personas víctimas de cualquier tipo de violencia provocada entre nosotros mismos. Con frecuencia nos encontramos con situaciones que hablan de seres humanos que han perdido la conciencia de la obligación moral de respetar y cuidar a sus semejantes.
Me preocupa que no seamos del todo conscientes de que la raíz de toda esta situación está en el daño que hemos sufrido durante décadas a causa del sistema totalitario que nos han impuesto, un sistema destructor y evidentemente fallido, que ha sumido en la miseria a todo un pueblo.
Cuidarnos, sí, de que nuestros pensamientos y expresiones sigan siendo martillados y pisoteados.
Cuidarnos, sí, de que el miedo siga siendo lo que nos paralice y sigamos dejando nuestro presente en unas manos que, a base de promesas y consignas, mantienen a un pueblo engañado, sometido, sufriendo y muriendo, literalmente.
Cuidarnos, sí, de seguir siendo cómplices de divisiones entre nosotros, sobre todo de los que se atreven a disentir y a expresarse más allá de los riesgos y miedos.
Cuidarnos, sí, de no sostener la verdad que sentimos y queremos gritar de una vez y por todas.
Cuidarnos, sí, de la indiferencia que va ganando terreno porque es demasiado fuerte el sufrimiento personal para detenernos a echar una mano o prestar la voz ante el sufrimiento de otros.
Cuidarnos de seguir culpando a Dios de silencio, de olvido de este pueblo, cuando fuimos nosotros los que nos olvidamos de Él y optamos por una ideología ruidosa y ruinosa, que nos ha destruido, colocándonos en la mayor de las miserias, sin Dios y adoctrinados.
Cuidarnos de aquellos que siguen proclamando que la revolución no deja a nadie atrás, y la realidad nos dice que no ha habido época de mayor abandono.
Cuidarnos y tomar conciencia de que todo esto pasará cuando juntos decidamos ponerle fin. Cuidar los valores que nos quedan, cuidarnos entre nosotros y no de nosotros.
Cuidarnos, apoyarnos, respetarnos y esforzarnos, porque las nuevas generaciones vean que hay caminos distintos, que nuestra isla tan azotada puede volver a ser opción para vivir y disfrutar de su belleza natural y de la mayor de sus riquezas, sus hijos.
Tengo esperanza y esa es mi mayor fuerza, aunque a veces me cansa el dolor, me agobia la impotencia, y por momentos me alcanza el desaliento.
Yo sé que nuestro día está cercano, y esa certeza me hace levantarme cada mañana, me impulsa para no desistir en mi grito, en mi intento de soñar una y otra vez en que la libertad y la justicia llegarán.
Como el salmista, tengo confianza en que Dios sigue cuidándonos y sigue estando junto a nosotros; porque creo en su palabra, le digo: _“Tu bondad me rodea como escudo”_. (cf. Salmo 5,13)
*Cuídate*
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