La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO por sus siglas en inglés) acaba de divulgar información sobre el importante tema de la situación fiscal de EEUU que podría afectar la próxima elección presidencial de noviembre. El CBO estima que el déficit federal fue de $229 mil millones en febrero de 2012, por lo que el déficit acumulado durante los cinco meses que van del año fiscal 2012 (octubre a febrero) alcanzó $578 mil millones. Este déficit presupuestal es ligeramente menor al del mismo lapso para el año fiscal anterior que estableció tanta controversia en el país y determinó la reducción de la calificación de la deuda estadounidense. Es un área en la que no se puede señalar progreso alguno.
Las cifras del déficit fiscal, y la consecuente expansión de la deuda pública, demandan que se adopten severas medidas ya que son aún muy elevadas y en expansión para la economía estadounidense. Significarían un déficit fiscal de aproximadamente 7% del PIB y un aumento de la deuda correspondiente en poder del público al 72.5% del PIB durante el año fiscal 2012.
Los candidatos presidenciales, comenzando por el presidente Obama, deberían exponer con claridad qué medidas proponen que sean adoptadas al respecto y cómo consideran que afectarían el futuro económico del país. Desafortunadamente Obama en sus presentaciones recientes ha propuesto nuevos gastos federales para desarrollar ciertos proyectos que considera promisorios, mientras que los candidatos republicanos se han concentrado en proponer reducciones en los impuestos pero no han indicado en general qué gastos federales reducirán. En resumen, todavía no hay una propuesta sensata a nivel presidencial sobre el particular. ¿Votarán los ciudadanos estadounidenses por continuar sin cambios en la insostenible situación, o sea, por más de lo mismo, o en cambo porque se haga un mejor trabajo para controlar estos problemas económicos fundamentales?
El déficit fiscal, el nivel de la deuda pública, así como las consecuencias de un bajo crecimiento económico y, más recientemente, los elevados precios del petróleo continúan afectando adversamente el comportamiento de la recuperación económica de EEUU mientras las elecciones se realizarán en menos de ocho meses.