Se está disparando la inflación en Estados Unidos con proyecciones que pueden llegar a niveles que desemboquen en una grave estanflación1. ¿Seguiremos las huellas del desastre económico de Jimmy Carter? Esa es la inquietante perspectiva que estamos contemplando debido al abrumador derroche de trillones de dólares que se van sumando a una enorme deuda que le iremos dejando a nuestros hijos, nietos y bisnietos, y que ya nos está afectando con la devaluación del poder adquisitivo del dólar y la resultante inflación.
El 11 de febrero de 2020 publiqué un informe sobre la enorme y creciente deuda nacional de Estados Unidos, cuando parecía que el Presidente Trump estaba frenando su crecimiento, pero no con la suficiente e indispensable rapidez. Subrayaba entonces cómo había crecido aceleradamente durante los gobiernos de Bush y Obama, y no se había frenado durante el gobierno de Trump al ritmo decreciente que él había prometido en su campaña electoral. De hecho, la deuda alcanzaba un monto de 6,06 trillones2 de dólares cuando Bush tomó posesión, aumentó a 10,63 trillones cuando tomó posesión Obama y se aceleró hasta 19,95 trillones cuando tomó posesión Trump. Al comienzo de la pandemia, aunque el crecimiento se había frenado bastante, no obstante alcanzaba ya la cifra de 23,27 trillones.
El estallido de la pandemia y su propagación provocó una enorme baja en la producción y en el nivel de servicios del país, desembocando en un considerable desempleo y una notable aceleración del monto de la deuda. Por tanto, el 7 de agosto de 2020 volví a dar la voz de alarma en un ensayo publicado en inglés (que pueden leer pulsando en este enlace). En consecuencia, en esa fecha la deuda se había elevado en pocos meses a la abrumadora cifra de alrededor de 26,50 trillones de dólares.
Por otra parte, el "Money Supply", es decir el dinero disponible y circulante3, aumentó de unos 4,6 trillones en 2000 a unos 19,5 trillones hoy día. En otras palabras, se está emitiendo dinero (y/o papel moneda) a manos llenas sin que haya un respaldo de valor que lo justifique. En consecuencia, se desploma su poder adquisitivo y lo que podíamos comprar en 1987 con un dólar requiere ahora un promedio de $2.28. En otras palabras, el empleado u obrero que recibía un salario de $1000 semanales en aquella fecha, tendría que recibir hoy día $2280 semanales para mantener el mismo nivel de vida.
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