Misión y Retos de la Sociedad Civil en el Presente y en el Futuro de Cuba - Misiones y flujos de la Sociedad Civil en el presente y el futuro de Cuba

4. MISIONES Y FLUJOS DE LA SOCIEDAD CIVIL EN EL PRESENTE Y EL FUTURO DE CUBA

La primacía de la sociedad civil como precepto constitucional

La actual Constitución de Cuba (1976 con modificaciones) establece teóricamente la primacía de la persona humana, como centro sujeto y fin de toda acción e institución social, recogiendo aquella frase de José Martí, aun por alcanzar: “Yo quiero que la Ley suprema de la República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”. Todo lo que vamos a construir para Cuba debería estar jurídicamente fundamentado en esta supremacía de la dignidad y los derechos y deberes de la persona humana.

Teniendo este cimiento personalista en el buen sentido de la palabra, y para alcanzar esta síntesis dialógica entre los desafíos contradictorios de la Cuba de hoy, debemos asumir todos, Estado y ciudadanía, una nueva escala de valores en las relaciones entre el Estado y la sociedad civil. Así lo expresa el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia que hacemos nuestra:

“La comunidad política y la sociedad civil, aun cuando estén recíprocamente vinculadas y sean interdependientes, no son iguales en la jerarquía de los fines.”

“La comunidad política está esencialmente al servicio de la sociedad civil y, en último análisis, de las personas y de los grupos que la componen.”

“La sociedad civil, por tanto, no puede considerarse un mero apéndice o una variable de la comunidad política: al contrario, ella tiene la preeminencia, ya que precisamente es la sociedad civil la que justifica la existencia de la comunidad política” (CDSI No. 418).

Una vez que se establezca esta primacía de la persona humana y de la sociedad civil sobre el Estado, y se defina el poder político como servicio al bien común, debidamente refrendados en una nueva Constitución de la República, habremos comenzado el aterrizaje gradual de los cambios esenciales.

El otro paso sería reconocer algunas de las responsabilidades de la sociedad civil, derivadas de esa escala de valores del personalismo comunitario, en el presente y el futuro de Cuba.

No significa que todas las organizaciones y grupos tengan que asumir todos los servicios que a continuación enumeramos. Cada organismo social debe preguntarse si puede y debe optar por alguno de ellos o incluso por todos a su nivel y a su tamaño. Creemos en la fuerza de lo pequeño.

MISIONES o DINÁMICAS DE LA SOCIEDAD CIVIL (Cada grupo de la sociedad civil puede cumplir una o varias):

  1. EDUCADORApara reconstruir a la persona humana y sus relaciones sociales. (Educación ética y cívica).
  2. CANTERA DE CIUDADANOSpara empoderar al ciudadano y ejercer la soberanía que les toca por derecho.
  3. TALLER DE PARTICIPACIÓNpara una democracia más horizontal y eficaz.
  4. EDIFICADORA DE CONSENSOS Y REPRESENTACIÓN INTERNACIONAL.Para insertarse en escenarios nacionales e internacionales (Ej. Espacio Abierto de la Sociedad Civil Cubana).
  5. FUENTE DE PROGRESOen el aspecto económico y del desarrollo humano integral. Emprendedores y PYMES.
  6. FACTOR DE PRESIÓN Y DENUNCIApara controlar al Mercado y al Estado.
  7. GENERADORA DE PROPUESTAS.Para participar en las soluciones.
  8. RED DE SOLIDARIDADpara promover y asistir a los más vulnerables.
  9. ESCUDO DE PROTECCIÓNpara ciudadanos indefensos y para grupos minoritarios.
  10. VÍA DE ACCESOa los demás sectores de la Nación: políticos, económicos, culturales, religiosos, etc.

FLUJOS DE LA SOCIEDAD CIVIL HACIA LOS DEMÁS SECTORES EN EL FUTURO DE CUBA

Flujo: Una de las misiones anteriores, es el flujo de personas y trabajos que parten de la escuela-cantera de la sociedad civil y alimenta a los demás sectores que conforman la vida de la Nación.

Dirección y sentido del flujo: Es una nueva dinámica que no va de los puestos políticos a la sociedad civil, de arriba abajo, verticalista y elitista, sino un flujo horizontal de protagonistas, proyectos, propuestas y visiones, empoderadas en el seno de una sociedad civil, educadora, plural y democrática.

Fallos históricos: Considero que uno de los fallos estructurales de la historia de Cuba fue invertir este flujo: cultivar la verticalidad de la dinámica civil y no ensanchar su horizontalidad, su inclusión y su diversidad. Todavía hoy algunos proyectos que conciben los cambios en Cuba de forma excluyente, sectaria o caudillista. Desde arriba o desde afuera. Son rezagos coloniales y culturales. Complejos de subordinación.

Cambio de mentalidad y de estilo: Venga ya el cambio de mentalidad y la inversión de la visión dinámica hacia una sociedad moderna y participativa. Mientras más horizontal y participativo sea el protagonismo cívico menos peligro habrá de nuevos autoritarismos. A más sociedad civil madura y empoderada menos mesianismos populistas. Aprendamos los cubanos, de una vez, estas lecciones de la historia.

A continuación ponemos, a modo de ejemplos, algunos de esos flujos en los que la persona y la sociedad civil se establecen como origen de todas las demás dinámicas sociales:

Desde la sociedad civil al mundo de la política

Podemos decir que la República de Cuba puede y debe entrar en una etapa verdaderamente nueva, porque desde una sociedad civil autónoma, ética-personalizada, articulada en sentido comunitario, participativa y corresponsable, en la que se equilibren creativamente la solidaridad y la subsidiaridad, se puede acceder mejor al mundo de la política; porque los ciudadanos estarán mejor entrenados en la participación democrática y los líderes lo estarán mejor en los límites y el mutuo control de los poderes públicos, así como en el carácter de servicio de ese poder político.

Desde la sociedad civil al mundo de la economía

Desde ese protagonismo de la sociedad civil se podrá acceder mejor al mundo de una economía de mercado con cierta regulación del Estado y cierta presión de la misma sociedad civil que fomente la justicia social, porque la iniciativa creadora y productiva se habrá entrenado en el seno de las organizaciones concretas y porque el sentido de comunidad, aprendido en esas organizaciones, permitirá abrir las meras reglas del mercado a una sensibilidad ética de solidaridad y subsidiaridad. Sin mercantilismos deshumanizantes, ni pragmatismos amorales.

Desde la sociedad civil al mundo de la cultura

La reconstrucción de una sociedad civil, plural y tolerante, permitirá a la nueva República acceder al mundo de la cultura desde la diversidad asumida y promovida como una riqueza cívica. El diálogo interétnico, la creación libre y el arte sin fronteras serán los verdaderos cimientos de la identidad nacional que no se parapeta ni en estrechos nacionalismos, ni en disolución acrítica en culturas hegemónicas.

Desde la sociedad civil al mundo de la trascendencia, la religiosidad y las iglesias

Una República nueva y laica que crea el marco jurídico que garantice un protagonismo adulto de la sociedad civil contribuirá a la promoción de la subjetividad, del alma de las naciones. Toca a la sociedad civil fomentar la dimensión trascendente de las personas, de las religiones y las iglesias. Estas podrán tener un espacio real para “profesar la fe en ámbitos públicos reconocidos”, y puedan estimular las iniciativas que configuran una nueva sociedad y puedan ejercer la caridad y el profetismo, servicios de verdad y promoción humana.

Las Iglesias aportarían, a su vez, un servicio de educación y renovación de la misma sociedad civil, de la que la Iglesia forma parte como fermento en la masa, como generadora de espacios de participación, como articuladora de redes de solidaridades y servicios, como red de redes.

Desde la sociedad civil al mundo de las relaciones internacionales

Incluso, el mundo de las relaciones internacionales, en una República nueva, encontraría en una sociedad civil autónoma, abierta y solidaria, no solo un modelo a seguir en esos vínculos del servicio exterior, sino y sobre todo, caminos y lazos, puentes y apoyos para unas relaciones con el mundo diversificadas, plurales, fraternales y que vayan más allá de la diplomacia tradicional de las relaciones interestatales, para llegar a ser verdaderos vínculos de comunicación y solidaridad entre los pueblos y a todos los niveles de la sociedad civil. Se puede considerar esta como una nueva diplomacia.

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