Misión y Retos de la Sociedad Civil en el Presente y en el Futuro de Cuba

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Conferencia pronunciada en la Universidad de Georgetown,
Washington D.C., el 3 de junio de 2015

Agradezco de corazón a Dios y a los que han organizado esta visita a la Universidad de Georgetown. Conocí por primera vez esta Alma Mater el 10 de noviembre de 2004, al recibir el Premio Jan Karski al Valor y la Compasión. Esta Casa de Altos Estudios ha sido siempre para mí una inspiración y un paradigma de lo que debería ser la Universidad en Cuba. Estoy seguro que un día los cubanos podrán comenzar el camino hacia esa insuperable meta. Hay que aspirar alto y dar los pequeños pasos para alcanzar lo posible.

OBJETIVO

Precisamente es en esa mística en la que he trabajado esta presentación, cuyo objetivo es identificar la misión y los retos que tendrá la sociedad civil en el presente y el futuro de Cuba, y en el contexto del restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos y la visita del Papa Francisco a Cuba.

SUMARIO

  1. Después del 17 D-2014: un nuevo rumbo para Cuba y nuevos desafíos para la sociedad civil cubana.
  2. Nueva visión sobre las relaciones entre estados y entre sociedades civiles.
  3. Nuevos retos estratégicos para la sociedad civil y los estados.
  4. Misiones y flujos de la sociedad civil en el presente y el futuro de Cuba.
  5. La sociedad civil necesita una visión de futuro para Cuba: ¿hacia dónde queremos cambiar?
  6. ¿Cómo buscar la unidad en la diversidad de la sociedad civil cubana?
  7. El Espacio Abierto de la Sociedad Civil Cubana: una experiencia para el futuro.
  8. Necesidad de un camino ético para la sociedad civil cubana.
  9. Otra experiencia: el Proyecto Convivencia.
  10. Conclusiones.


DESARROLLO

 

1.   DESPUÉS DEL 17 DICIEMBRE 2014: UN NUEVO RUMBO PARA CUBA Y NUEVOS DESAFÍOS PARA LA SOCIEDAD CIVIL CUBANA.

Comencemos por ubicarnos en el contexto cubano actual. Esto es muy importante siempre, pero más aún cuando la inercia de más de medio siglo nos retiene en lo pasado, nos predispone a juzgar el futuro con la larga experiencia vivida y sufrida. Eso es comprensible, y me uno al dolor de tanto y al sufrimiento de millones de cubanos, pero no podemos hacer como la mujer de Lot. Salir hacia el futuro requiere juzgar el pasado y guardar la memoria histórica para que nunca más se repita, pero requiere que nos podamos liberar del pesimismo, de la inercia y de querer tomar la experiencia negativa como único criterio de juicio para el presente y el futuro. Uno de los peores enemigos del cambio es pensar que “todo siempre fue así y seguirá siendo así”.

El contexto ha cambiado y puede influir en el texto de la realidad. Nadie duda que el 17 de diciembre de 2014 se hizo público un largo camino de cambios. Largo sí, pero creo que sus resultados no solo dependerán de lo que haga Obama o de lo que haga Castro. Creo que dependerán sobre todo de lo que haga el pueblo cubano. No obstante me gustaría comenzar este cambio de contexto analizando a cada actor de las negociaciones para luego entrar de lleno en mi visión del principal protagonista: la sociedad civil.

La mediación del Papa Francisco

La mediación del Papa Francisco destrabó el nudo gordiano. Es algo que el pueblo cubano agradecerá siempre al Sumo Pontífice. Es la demostración de la eficacia del diálogo y la negociación como unos caminos éticamente aceptables para la solución de los conflictos. Así lo valoro el propio Pontífice:

“Un ejemplo que aprecio particularmente de cómo el diálogo puede verdaderamente edificar y construir puentes es la reciente decisión de los Estados Unidos de América y Cuba de poner fin a un silencio recíproco que ha durado medio siglo y de acercarse por el bien de sus ciudadanos” (Discurso del Papa Francisco al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede. Lunes 12 de enero de 2015).

El cambio de Obama

El presidente Barack Obama ha tomado la decisión de un cambio: Trazar nuevas políticas del Gobierno de Estados Unidos con relación a Cuba. Así lo expresó en su discurso del 17D:

  1. No podemos seguir haciendo lo mismo y esperar obtener un resultado diferente.
  2. Intentar empujar a Cuba al abismo no beneficia a Estados Unidos ni al pueblo cubano.
  3. Es mejor fomentar y respaldar las reformas que imponer políticas que convierten a los países en estados fallidos.
  4. Hoy vamos a renovar nuestro liderazgo en el continente americano.
  5. Vamos a levar las anclas del pasado porque es necesario alcanzar un futuro mejor.
  6. Al final, los cubanos conducirán las reformas económicas y políticas.
  7. Los cubanos merecen el apoyo de los Estados Unidos y de toda una región que se ha comprometido a promover y defender la democracia por medio de la Carta Democrática Interamericana. [Esto fue acompañado por la presentación de 15 medidas anunciadas por el Gobierno estadounidense para ser implementadas paulatinamente. (Nota informativa de la Casa Blanca sobre el cambio de política hacia la Isla. Secretaría de la Casa Blanca, Washington D.C., Diciembre 17, 2014).]
  8. Ahora: se agrega que se haya sacado a Cuba de las Lista de los países patrocinadores del terrorismo.

El aporte del gobierno cubano

Una de las críticas más escuchadas es que el Gobierno cubano no ha correspondido, por lo menos públicamente, en la misma proporción que las propuestas y medidas del Gobierno de Estados Unidos. Es verdad, debemos insistir en que no hay verdadera negociación que sea incondicional o que sea asimétrica en contenidos y calidad de las propuestas. Nuestra postura es negociaciones sí, pero no incondicionales. Diálogo sí, pero teniendo en cuenta al pueblo cubano, a su sociedad civil, a sus derechos humanos.

Considero que, no obstante, la asimetría del gobierno cubano ha aportado algo. Creo que sentarse a negociar con el “enemigo” de siempre es la concesión ideológica más significativa e influyente en la mentalidad del pueblo cubano y de los propios miembros del gobierno. Resumo así esos aportes:

  1. Los presos excarcelados.
  2. Sentarse a la mesa de negociaciones con el enemigo histórico.
  3. Pérdida del enemigo y de esa retórica o pretexto-justificación.
  4. Reconocimiento de facto de la sociedad civil independiente por la reacción oficial de Cuba en Panamá.
  5. No ha criticado las medidas, solo lo que falta.
  6. El antiguo “enemigo” estará en casa y con permiso.
  7. Las medidas graduales e insuficientes pero lesivas del totalitarismo.
  8. Cambio de un tipo de represión de alto perfil y banda corta a otra de bajo perfil y banda ancha.

Hay un largo camino por recorrer. Al final, la apertura debe conducir al empoderamiento del pueblo cubano para que sea el protagonista principal de los cambios.

EXPECTATIVAS DE LA VISITA DEL PAPA FRANCISCO A CUBA

Otro de los acontecimientos que influye sobre el contexto cubano es la visita de Su Santidad el Papa Francisco del 19 al 22 de septiembre próximo. Estas son mis expectativas, es decir, lo que me gustaría que aportara esta visita, tanto por parte del Papa como por parte del Gobierno cubano:

Del Papa en Cuba:

  1. Que sea una verdadera visita pastoral para animar a la Iglesia y a todos los cubanos.
  2. Que sea un paso más en la mediación para la solución pacífica del diferendo entre Cuba y EE.UU. pero que no se quede ahí.
  3. Que el Papa brinde también su mediación, y la de la Iglesia en Cuba, para el restablecimiento de las relaciones democráticas entre el gobierno y el pueblo cubanos.
  4. El Papa San Juan Pablo II marcó su visita con esta frase: “¡Que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba!” Que el Papa Francisco marque su visita con este anhelo de todos en la Isla: ¡Que Cuba se abra a todos los cubanos!
  5. Que el Papa Francisco nos animara a “ser los protagonistas de su propia historia personal y nacional” -como dijo Juan Pablo II. Así el porvenir de Cuba no sería determinado por otras injerencias extranjeras sino por el talento, el carácter emprendedor y la responsabilidad cívica y política de todos los cubanos.

Del Gobierno de Cuba:

  1. Que abra el País, su mentalidad y sus leyes, a la participación democrática de todos los cubanos.
  2. Que reconozca el derecho a la libertad religiosa y no solo libertad de culto y de permisos.
  3. Que el gobierno cubano reconozca a la sociedad civil independiente como interlocutora válida.
  4. Más que participar en las Misas del Papa en Cuba, asista a las necesidades de su pueblo al que debe servir.
  5. Lo que se espera de un político es que gestione el marco jurídico para la democracia y el progreso de su pueblo.

Visto el contexto, deseo presentarles mi propia visión de lo que creo deberían ser las nuevas relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos y entre estos gobiernos y sus respectivas sociedades civiles. Creo que podría ser una visión de la diplomacia moderna.

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