Teherán, June 18.– La muerte de la joven Mahsa Amini tras ser detenida el 13 de septiembre pasado por llevar mal puesto el velo ha despertado desde entonces al pueblo iraní. Hartas de que les controlen hasta el maquillaje o el corte de pelo, las mujeres se han plantado quitándose el pañuelo en público y subiendo las imágenes en las redes sociales, y muchos hombres las apoyan al grito de "no queremos la república islámica".
Una revuelta brutalmente reprimida
Más de 19.600 personas han sido detenidas en Irán durante las protestas antigubernamentales, según Human Rights Activists, un grupo de derechos humanos que monitorea la represión a falta de cifras oficiales del gobierno y reportan que la represión ha causado cerca de un centenar de muertes en Irán durante los últimos meses.
Aunque ONU Mujeres, la organización que trabaja por los derechos de las mujeres, como tantas otras asociaciones por los derechos humanos, ha hecho un llamamiento a las autoridades para que garanticen la expresión de los derechos de la ciudadanía iraní en un entorno seguro sin temor a la violencia, el enjuiciamiento o la persecución, lo cierto es que las peticiones, hasta el momento, no han sido escuchadas.
Declaraciones de Jamileh Alamolhoda, Primera dama de Irán 
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