18 órdenes católicas denuncian la falta de libertad de expresión y la grave situación económica en Cuba

En una misiva colectiva, hacen un llamado a que las autoridades escuchen los reclamos de la ciudadanía. 

 Camagüey, Mayo 2.– Dieciocho órdenes religiosas con presencia en Cuba divulgaron el viernes una carta pública que denuncia la nula libertad de expresión y la precariedad económica a las que está sometida la población en la Isla.

La misiva, que circula por varios grupos de Whatsapp, fue escrita por católicos y está dirigida a las autoridades de la provincia Camagüey. Asegura que muchas personas no pueden "comprar los productos alimenticios y de aseo necesarios para una vida digna porque el salario no les alcanza".

"Las colas en las farmacias y en los puntos emergentes que se han procurado son interminables. Los afectados son de todas las edades, niños, jóvenes, adultos y ancianos", lamentan los firmantes, pertenecientes a órdenes como Carmelitas Misioneras, Compañías de Jesús y de Santa Teresa de Jesús, Comunidad Intercongregacional Mercedaria y Congregación de la Madre de Dios de la Misericordia.

"La gran mayoría del pueblo no se siente en confianza y libertad para expresar lo que piensa en diversos ambientes sociales, tampoco para acercarse a las autoridades de distintos niveles y áreas, y solicitar lo que creen, expresar lo que necesitan o sugerir alternativas", consideran los signatarios.

"Existe miedo a la exclusión. Tanto el miedo como la falta de confianza y libertad no son infundados, pues todos hemos sido testigos de la manera en que, a través de los medios de comunicación oficiales, se condena diversas iniciativas pacíficas y se denigra a personas y grupos", dicen los católicos, miembros también de la Conferencia Cubana de Religiosas y Religiosos (CONCUR).

La carta, también suscrita por las órdenes Congregación Hijas de San Camilo, Hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha, Hermanas Misioneras del Corazón de Jesús, Hermanas Misioneras Eucarísticas, Hijas de María Auxiliadora, Misioneras de la Madre Laurita y Orden de la Compañía de María Nuestra Señora, afirma que "el pueblo cubano es creativo, pero muchos no se atreven a dejar fluir sus propuestas porque falta crear una cultura de acogida a lo diferente y reconocer los beneficios de la diversidad".

La parte final del extenso documento describe propuestas para paliar la crisis actual, entre ellas "abrirse a la posibilidad de que las personas opinen, den sugerencias, expresen libremente lo que piensan, sienten y desean en diversos grupos convocados por los mismos ciudadanos, garantizando el respeto a su integridad y dignidad humana independientemente de sus ideas".

"Nosotros como religiosos y religiosas estamos aquí para acompañar a nuestro pueblo en sus dolores y esperanzas, para ser portadores de su voz que nos han confiado en la relación cotidiana, y para colaborar en el alivio de sus sufrimientos desde la fe y el compromiso social", concluye la carta y añade un llamado a que las autoridades escuchen los reclamos de la ciudadanía.

Completan el apoyo a la carta las órdenes Oblatas Misioneras de María Inmaculada, Orden de la Merced, Siervas del Corazón de María, Siervas de María Ministras de los enfermos, Sociedad de San Francisco de Sales y Sociedad de Hermanas Sociales.

Los más vulnerables  La miseria de los cubanos reflejada en una de las calles de la Habana Viena

Respecto a los cubanos que ganan su salario en pesos cubanos y no reciben remesas, los católicos denunciaron que quedan imposibilitados de adquirir productos necesarios para cubrir sus necesidades básicas y, a la par, les es imposible adquirir moneda extranjera en las depauperadas instituciones financieras estatales, de modo que también este sector poblacional queda limitado de acceder a tiendas en MLC, abiertas por el régimen en 2020 en un golpe de timón que parece conducir a una dolarización de la economía.

En el mercado informal, recordaron los firmantes, "los precios de los productos, en general, son muy elevados porque casi no hay oferta, como se ha reconocido oficialmente, ante la gran demanda de la población. De tal modo que los cubanos menos favorecidos son los que más están sufriendo el desabastecimiento y la escasez. Están prácticamente con las manos atadas sin oportunidades".

"Los precios de los servicios públicos tales como agua, electricidad, teléfono, gas, limpieza de fosas, entre otros, se han elevado dos, tres, cuatro, cinco, 10 y más veces; privando a muchos de la posibilidad de tener el servicio o reducir gastos en otros ámbitos básicos de la vida familiar, dígase alimentación, aseo, ropa, calzado", expresa el documento.
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