¿Son válidos el pacifismo y la tolerancia frente a la agresión y el genocidio?

En la Sección de " Denuncias " de esta Revista digital, aparece con fecha 27 de enero un sobrecogedor reportaje sobre la magnitud de la persecución de cristianos en Paquistán, un país musulmán que aparenta ser aliado de los países democráticos que tratan de preservar una civilización mundial donde reine el derecho y se resuelvan las diferencias con un alto grado de respeto mutuo. Pero ... ¿coinciden estos propósitos con los del Paquistán y su gobierno?

Como hace mención ese reportaje, esta cruel y trágica situación, más propia de la barbarie que imperó a principios de la Edad Media que de este siglo XXI, ha encontrado eco en la opinión pública mundial gracias a un caso particular de abuso que demuestra la cruel represión que sufren los cristianos. Es el caso de Asia Bibi, condenada a muerte por blasfemia, la cual parecía haber sido rescatada gracias al clamor mundial de protestas y exhortaciones que ha desenmascarado el fanatismo que impera en ese país con el beneplácito o, incluso con el aliento, de sus gobernantes.

En estos momentos, Asia Bibi atraviesa otra semana decisiva para su vida y bienestar. Su libertad se ha convertido en una carrera de obstáculos. Cuando supera uno, encuentra otro a su paso. Y a lo único que aspira es a huir de su país; el país que la vio nacer y al que seguramente nunca podrá regresar ... si es que logra sobrevivir y puede emigrar.

El Tribunal Supremo de Paquistán tiene previsto llegar a una decisión este martes 29 de enero sobre la petición de revisión de la sentencia absolutoria que se había logrado gracias a la presión mundial, debido a que poderosos grupos islámicos, apoyados por manifestaciones populares, bloquearon la posibilidad de que Asia Bibi salga del país, presentando un alegato ante la Corte Suprema.

Por su parte, el Gobierno, supuestamente aliado de las democracias, tampoco hizo nada por evitar esta táctica filibustera de quienes quieren ejecutar a toda costa a una joven mujer cristiana encarcelada por beber agua de un pozo. Por ese "grave crimen" fue acusada por sus vecinos musulmanes porque, en su "sucio carácter de cristiana", es impura, contamina el agua y viola las normas del Corán. Esa es la realidad cotidiana de los cristianos en países musulmanes como Paquistán.

Muchos miembros de la familia de Asia Bibi han logrado huir del país, algunos arriesgando largas marchas a través del norte de Irán hacia el Cáucaso, poniéndose a salvo de las amenazas de muerte.

Para ella, en cambio, todavía no parece llegar la hora de la libertad. Miles de personas siguen presionando y orando para que se haga justicia y los jueces y el gobierno muestren, al menos, un mínimo de misericordia por una persona cuyo único crimen fue beber agua de un pozo.

El caso de Asia Bibi es representativo de una persecución generalizada de cristianos en el mundo islámico. En Iraq, Siria y Líbano se han producido numerosas matanzas de cristianos y la inmensa mayoría de la población cristiana en esos países ha tenido que huir y refugiarse en países que les han brindado abrigo.

Es una verdadera guerra sin cuartel para erradicar el cristianismo de todo el Oriente Medio y gran parte de África. ISIS fue sólo un tumor muy visible, pero el cáncer hace metástasis por toda esa inmensa zona del planeta que se extiende hasta Indonesia, Malasia y Filipinas y que está haciendo focos de inestabilidad en Europa.
En otro reportaje. publicado en la Sección de " Titulares " de esta Revista digital, vemos con horror que los gestos de apaciguamiento no tienen efecto alguno en la ferocidad fanática de quienes quieren eliminar el cristianismo de Filipinas. Justo en los momentos en que el Presidente Duterte había permitido un plebiscito y aprobado su resultado para brindar autonomía a Mindanao y aceptar en esa región un gobierno islámico, se han multiplicado las feroces agresiones contra los cristianos con decenas de muertos y más de un centenar de heridos en sendos atentados terroristas en la isla de Sulu y en la Provincia de Cotabato, como colofón a una larga lista de agresiones que se extiende por años.

Es evidente que se trata de una guerra sin cuartel, pero asombra que el mundo libre acuse al Presidente Duterte de violaciones de los derechos humanos en su lucha contra los terroristas islámicos, al tiempo que se mantiene indiferente frente al genocidio islámico de los cristianos.

El pacifismo y la tolerancia sólo son posibles y recomendables cuando existe el respeto mutuo. Ante una guerra sin cuartel, el apaciguamiento no funciona.

Finalmente el Tribunal Supremo de Pakistán decidió desestimar la apelación presentada por grupos islámicos contra la sentencia absolutoria que había exonerado a Asia Bibi de los cargos de blasfemia y pena de muerte.

• Asia Bibi no está en la lista de control de salida del país. Así que puede salir cuando quiera
• Asia Bibi es inocente y perfectamente libre aunque sigue bajo custodia del gobierno para garantizar su seguridad y la de su marido
• En los próximos días -u horas- probablemente salga del país hacia donde se encuentran sus hijas a recomenzar una nueva vida en paz y en libertad. El lugar de destino se mantiene en reserva por su seguridad.

Se pone así fin a una dramática historia que nunca debió producirse.

Coincido contigo en el caso de Asia Bibi y otros. Pero discrepo en tu quasi-defensa de Duterte. Los crimenes no se combaten con crimenes. Two wrongs don't make a right. Mas efectivo y duradero es el beso en la mejilla del Papa y el Iman en Abu Dhabi.

¡Claro! Cuando ese beso es posible porque las dos partes están dispuestas a proceder con mutuo respeto. Alabados sean el Papa Francisco por su valentía y el Imán de Abu Dhabi por su tolerancia.

Pero Bibi, de 51 años, cuyo abogado había afirmado que iba a ser trasladada a Canadá, sigue siendo una prisionera de las circunstancias mientras trata de salvarse guardando un precario silencio. Está incomunicada en un lugar no revelado, probablemente en una casa "segura" en la capital, desde que fue absuelta por primera vez por el tribunal superior en octubre y liberada temporalmente de una prisión de mujeres en la ciudad de Multan, donde estaba condenada a muerte.

"No hay forma de que pueda quedarse en Pakistán", declaró con verdadera zozobra el abogado Saif ul Malook en una larga entrevista el miércoles. Dijo que su esposo, dos hijas mayores y varios familiares ya se trasladaron a Canadá, con el apoyo del gobierno de Ottawa y de las iglesias cristianas locales.

A pesar de que Bibi ha sido absuelta dos veces de todos los cargos, su situación ha exacerbado la agitación política y religiosa que rodea el volátil tema de "blasfemia", un crimen capital en Pakistán y una frecuente excusa para el hostigamiento de las minorías religiosas.
Los blasfemos acusados ​​corren el riesgo de ser sacados de la cárcel y ser linchados por turbas frenéticas o incluso por otros prisioneros o guardias.

Esta foto es un hecho real de lo que está pasando en estos mismos momentos.
:angry:
En cuanto al Presidente Duterte, estoy muy de acuerdo en que es indefendible cualquier acción que represente una grave violación de los derechos humanos. También es indefendible que los medios se concentren en la condena a Duterte y brillen por su ausencia las referencias a la barbarie de los guerrilleros musulmanes en la región de Mindanao y apenas se mencionen los hechos de terrorismo incluso después que Duterte había accedido a concederles autonomía. Los medios de prensa tienen la obligación de ser equilibrados en sus reportajes. La condena a sólo una de las partes, cualquiera que sea, exacerba la crueldad de la otra parte, alentándola a sentirse impune.