¿Es sostenible el capitalismo moderno?

Kenneth Rogoff, profesor de economía de Harvard y antiguo economista principal del FMI, publicó un interesante artículo sobre el tema de la referencia en el que señala que el capitalismo europeo del estado de bienestar (la socialdemocracia) está en crisis porque no es sostenible ni tiene capacidad de competir globalmente.  A su vez sostiene que el capitalismo estadounidense enfrenta cinco fallas importantes con enraizados problemas (políticos, económicos y sociales), que se detallan a continuación, y que superará, ya que tiene la capacidad de hacerlo utilizando incentivos y mecanismos de mercado:

  1. mantener los bienes públicos -tales como la calidad del agua, el aire puro y el medio ambiente- evitando y controlando la contaminación;
  2. evitar crisis financieras conteniendo los nuevos instrumentos (las ¨innovaciones¨ tecnológicas) que no sólo no han reducido los riesgos ni la inestabilidad financiera, sino que, por el contrario, los han ampliados considerablemente;
  3. evitar la creciente desigualdad y concentración del ingreso y la riqueza que no sólo son efectos secundarios de la innovación y el espíritu empresarial sino también del poder de las corporaciones (que Jeffrey Sachs llama corporantioncracy) y que pueden comprar poder e influencias políticas, lo que a su vez contribuye a generar un mayor ingreso, riqueza y, a veces, prácticas monopolísticas y corrupción;
  4. contener la expansión de los gastos de salud y mantener alicientes apropiados para producir y consumir eficientemente estos servicios sin generar disparidades inaceptables en el acceso; y
  5. lograr una distribución intergeneracional equitativa de los beneficios y costos sociales, reduciendo los elevados niveles existentes de la deuda pública en relación con el PIB.

Estoy de acuerdo conque el capitalismo estadounidense tiene la capacidad de superar los significativos problemas existentes. empleando incentivos y mecanismos de mercado, pero hay que aplicarlos decidida y efectivamente, superando el actual inmovilismo y la paralizante polarización política, resultado del cabildeo de las grandes corporaciones y los intereses económicos; de lo contrario, no se hará espontáneamente.  Por otra parte, considero que el estado de bienestar europeo puede realizar cambios apropiados para hacerlo sustentable y pujante como lo muestran las experiencias recientes, entre otros, de países como Alemania, Dinamarca y Suecia y las reformas de los 1990s para controlar la llamada “euro esclerosis”.  De hecho los 17 países de eurozona se comprometieron en 2011 a un pacto para hacer reformas para promover la competencia, el empleo, la sostenibilidad de las fianzas públicas, la estabilidad financiera  y la coordinación de la política tributaria y presentar un seguimiento. El primer informe de la situación y el progreso de las reformas Euro Plus Monitor 2011se publicó en noviembre de 2011.

 

Concretamente, ninguno de los problemas mencionados del capitalismo estadounidense es insuperable, pero se requieren reformas o ajustes de las políticas e instituciones fundamentales.  Los economistas han identificado una serie de soluciones basadas en los mecanismos de mercado y en brindar incentivos apropiados.  Entre ellos, establecer un elevado costo por la contaminación que induciría a las empresas y las personas a internalizar las actividades contaminantes.  Los sistemas financieros podrían estar más capitalizados y ser regulados prudencial y transparentemente, al brindar una atención rigurosa a las acumulaciones excesivas de riesgos y deuda.  Se pueden diseñar sistemas fiscales que brinden una mayor redistribución del ingreso sin que conlleven distorsiones paralizantes, mediante la minimización de los gastos fiscales no transparentes y manteniendo bajas las tasas impositivas marginales.  Establecer precios apropiados por los servicios de salud, dando incentivos efectivos a la salud preventiva y al control de los gastos, a valorar los tiempos de espera, etc., lo que podría fomentar un mejor balance entre la eficiencia y la equidad.  Reducir la deuda pública a niveles razonables y decrecientes en el tiempo mediante un mayor crecimiento y la austeridad pública.

 

El sistema de bienestar social europeo, que brinda generosos beneficios sociales y de salud, un horario de trabajo razonable, periodos de vacaciones largos, una jubilación temprana, y una distribución relativamente equitativa del ingreso, es ajustable en sus beneficios para hacerlo más sustentable.  De hecho el sistema actual no está en crisis en todos los países y cuando estuvo en crisis en la llamada “euro esclerosis” en los años 1980s y 1990s, por ejemplo, en los Países Bajos y Suecia, se superó con reformas económicas e institucionales.

Tal vez, el asunto central es que todas las formas de capitalismo son últimamente temporales y requieren reformas y ajustes periódicos a las nuevas circunstancias y a los problemas que van surgiendo, o sea, que deben evolucionar continuamente.  El capitalismo moderno en sus distintas variantes ha tenido resultados extraordinarios desde el comienzo de la Revolución Industrial hace dos siglos, ha rescatado a miles de millones de personas de la pobreza absoluta en China, la India y Asia, América Latina y más recientemente en África a medida que la industrialización y el progreso económico y tecnológico se han extendido por todo el mundo.  En contrate, el socialismo real autoritario no funcionó, tuvo resultados desastrosos y fue, en general, un rotundo fracaso.

¿Serán el capitalismo europeo y el estadounidense víctimas de sus propias debilidades, rigideces  e incertidumbres?  Esto depende de si se adoptan opciones claras de reformas de políticas económicas e institucionales ante los significativos problemas existentes. Por un lado, para contener los beneficios sociales otorgados ante el creciente envejecimiento de la población, una mayor expectativa de vida y los nuevos tratamientos médicos. Y, por otro lado, detener el aumento de la contaminación, la inestabilidad financiera, los costos de la salud y de la desigualdad en los servicios prestados y la creciente deuda pública, pero particularmente superar así la debilitante paralización y polarización del sistema político. En resumen los grandes problemas económicos existentes  requieren significativas respuestas estructurales de políticas.

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