Con ello, el diplomático inglés expresaba uno de los objetivos de los países europeos que tratan de comercializar directamente con los pequeños y medianos productores cubanos, al margen de la presencia del estado comunista, situación que se podría ver beneficiada con la unificación monetaria.
En 1762 los invasores británicos convencieron con sus argumentos a los criollos cubanos. Su negocio en la isla era escaso, prácticamente nulo y apenas tuvieron tiempo para consolidar. Hoy en 2020, no han cambiado mucho las cosas. Los turistas británicos apenas representan el 2,8% del total de viajeros, y las importaciones de bienes procedentes de este país apenas alcanzan el 0,3% del total del comercio cubano. Sin enbargo, parece que quieren cambiar ese estado de las cosas. Y por medio de tweeter continúan los mensajes, y declaran a sus interlocutores de la red social “Gracias por sus preguntas. Les pondremos en contacto con nuestro Departamento de Comercio. Queremos ver más comercio en el sector de la agricultura entre Cuba y Reino Unido”.
Al parecer, desde finales de 2019, empresarios independientes de Reino Unido han intentado definir negocios privados con Cuba, en el sector tabacalero y proyectos para la generación de electricidad a partir de la energía solar y la biomasa. En especial un parque solar enclavado en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel. Incluso, se abordó la posibilidad de vuelos directos entre Londres y La Habana por parte de la aerolínea Virgin Atlantic. Recientemente, la farmacéutica BioFarma ha abordado una joint venture para la venta de medicinas en Reino Unido.
No cabe la menor duda que los ingleses conceden una importancia principal a sus inversiones en Cuba, y así se lo han explicado en varias ocasiones a la viceministra primera de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera en Cuba, cuando le refieren los riesgos y obstáculos de los inversores extranjeros en Cuba. Hoy, igual que en 1762, tienen delante un interlocutor que desconfía de las fuerzas de la libertad económica, del comercio y los derechos de propiedad. Ojala ejerzan alguna influencia, pero lo dudo. Los comunistas cubanos no quieren perder el control de la economía, porque ese es el control del poder. El imperio español hizo otro tanto a finales del siglo XVIII y en menos de un siglo se encontró con la independencia de las antiguas colonias. Ojalá que no haya que esperar tanto.