Si miramos la composición del nuevo Parlamento de la Unión Europea veremos que los “Populares” tienen 212 escaños, los “Socialistas y demócratas” 185, la “Alianza liberal y democrática” 71, los “Verdes” 55 , los “Conservadores y reformadores” 40, y la “Izquierda Unitaria europea” junto con los “verdes nórdicos” 45.
Podríamos pensar que la distribución de los partidos no ha cambiado mucho pero si nos fijamos más detenidamente notaremos que el Partido Popular Europeo ha perdido 61 escaños y los Socialistas (Socialdemócratas) han perdido 11.
Si añadimos a esto que el Frente Nacional francés (extrema derecha) pasa de 3 a 23 y que el UKIP (United Kingdom Independence Party) gana 13, vemos que se trata de una sacudida fuerte y que el seísmo es real.
No debemos olvidar que en Dinamarca el partido más votado fue un partido ultranacionalista ferozmente opuesto a la inmigración, que en Bélgica el Vlaams Belang (separatista flamenco) fue el más votado en Flandes, que en Grecia “Alba Dorada” ha obtenido más del 9% y que en conjunto más de un tercio del nuevo Parlamento Europeo está compuesto por euro escépticos o eurófobos. Se trata pues de un verdadero terremoto.
El pretendiente de los “Populares” a la presidencia de la Comisión Europea, Jean- Claude Juncker, político luxemburgués de gran experiencia, tiene en contra al primer ministro inglés, Cameron, que lo encuentra demasiado “federalista”.
Hay que reconocer que el Reino Unido desde su entrada en la UE ha tratado de tener los beneficios sin tener los inconvenientes que conlleva la adhesión a una unión política y ha bombardeado sistemáticamente toda iniciativa dirigida a hacer de la Unión otra cosa que no sea un gran mercado libre.
Juncker, además, parece haber perdido el apoyo de la canciller alemana A. Merkel quien, según dicen, está buscando a un “tercer hombre” pues tampoco desea apoyar al candidato de los socialistas, Martin Schultz el cual es también un candidato de valor pero que ha reconocido su derrota en las elecciones del 25 de mayo.
A mi parecer, si la Comisión no propone al Parlamento –quien tiene la última palabra - el nombre de J.C. Juncker para la presidencia, se encontrará con un rechazo terminante y los pueblos que han mostrado con sus votos ( y su abstención de casi un 60%) que no quieren que Europa se construya sin ellos se alejarán aún más de sus instituciones.
También queda por ver si la francesa Marine Le Pen quien cuenta ya con el apoyo de cuatro líderes europeos de extrema derecha de Holanda, Italia, Austria y Bélgica logra formar un “grupo”, para eso necesita dos países más.
No le será fácil ya que el UKIP de Farage la considera “demasiado racista” y que ella por supuesto se niega a aliarse con los griegos de “Alba Dorada”, considerados filonazis ni con los húngaros del JOBBIK, abiertamente racistas.
Mi pronóstico, con reservas, es J.C. Junker, presidente de la CE, pero nada será posible sin una alianza entre Populares y Socialistas que suman 397 diputados. La mayoría necesaria para los votos es de 376.
Dentro de pocas semanas sabremos más.
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