Embajador de Nicaragua en la OEA sorprende denunciando a su gobierno en el acto de presentación de credenciales

  • Los empleados públicos escucharon “en silencio” la denuncia de McFields en la OEA.
  • Nosotros los puchitos, que somos la mayoría, solo nos hacíamos señas y miradas, así preferimos quedarnos”, explica uno de los servidores públicos que lo escucharon.

Arturo McFields Washington DC, Marzo 25.– Cuando el embajador de Nicaragua en la Organización de Estados Americanos (OEA), Arturo McFields, denunció el miércoles 23 de marzo a la dictadura de Daniel Ortega por violaciones de derechos humanos, en el Consejo Permanente del organismo internacional, sorprendió a miles de trabajadores del Estado que prefirieron la cautela a expresiones de júbilo.

Estamos encalichados, en otras condiciones saldríamos a la calle”, aseguró una trabajadora del sector educación. Para ella, el discurso de McFields captó la atención de un sector que durante años ha denunciado ser objeto de vigilancia, presiones políticas y humillaciones de parte de los simpatizantes más radicales del régimen.

Otro trabajador del Ministerio de Hacienda explicó que se encuentran resignados desde hace tiempo a estar en una situación de oscuridad y miedo, por lo que el planteamiento del diplomático dio “una luz en medio de ese túnel. Esperamos que otros tomen la decisión (y denuncien)”, alentó.

McFields dijo que no podía “defender lo indefendible” al descubrir la situación en la que se encuentran los presos políticos y los miles de servidores públicos que son obligados por la dictadura a fingir, llenar plazas y repetir consignas porque si no lo hacen, pierden su empleo.
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