- La justicia abandona a las mujeres en Afganistán
- Farjunda Malikzada era inocente de lo que se le imputaba pero fue linchada salvajemente por una turba
- Solo había denunciado ventas ilegales en el santuario Shah Do Shamshira
- El juicio a los culpables estuvo lleno de irregularidades y las condenas que recibieron fueron muy leves
Kabul, Enero 1.─ Farjunda no tuvo oportunidad de escapar de la muchedumbre que la perseguía para matarla. Dos policías afganos la subieron al techo de un cobertizo, por encima de la multitud enojada. Sin embargo, los hombres enfurecidos agarraron varas largas y tablones de madera, y la golpearon hasta que perdió el equilibrio y cayó.
Tenía el rostro ensangrentado y batallaba para ponerse en pie. Con las manos en la cabeza, parecía horrorizada cuando se percató de que sus atacantes le habían arrancado el hijab negro cuando se cayó. La muchedumbre la rodeó pateándola y saltando sobre su frágil constitución.
Las tormentosas horas finales de Farjunda Malikzada, con 27 años de edad, aspirante a estudiar el islam, a quien acusaron de quemar el Corán en un santuario musulmán, impactaron a la población de todo el país.
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