LA PROPUESTA DE “CONSTITUYENTE SINDICAL” DE NICOLAS MADURO

Froilan BarriosEn absoluto es novedosa la oferta de Maduro de “renovar al sindicalismo venezolano”, en realidad resume las políticas del control de las organizaciones de los trabajadores implantadas hace un siglo por el estado soviético en manos de Stalin, por los estados satélites surgidos luego de la II guerra mundial como apéndices de la URSS bajo el Pacto de Varsovia en la Europa Oriental, y en América Latina en Cuba bajo el poder castrista.

¿Cuál es el sumario de los raídos manuales de la Editorial Progreso de Moscú y de la Universidad Obrera de Georges Politzer fundada en1932?. En síntesis, que los sindicatos son la correa de transmisión de la burguesía en la ideología de la clase obrera, los cuales deben convertirse en escuelas de formación mediante la lucha de clases para la revolución proletaria, al fragor de la encarnizada batalla en las huelgas contra el chupasangre patrono explotador.

De tal manera que la función de los sindicatos en el estado socialista debe desechar el egoísmo burgués de aspirar a reivindicaciones salariales, y solo dedicarse a la formación de la clase obrera y al forjamiento del espíritu revolucionario, orientado a ser el soporte de un estado capaz de dotarte de alimentación, vestido, vivienda, recreación, educación y salud.

Por tanto, si “la clase obrera” recibe todos estos beneficios de este magnánimo estado, como es posible que piense cualquier sector del proletariado en realizar huelgas, protestas, siendo inverosímil que unos “ingratos obreros” piensen más en su beneficio personal de inspiración capitalista que en el destino de la revolución.

 Palabras mas palabras menos fue el contenido del relato que impregnó el discurso de militantes incautos y de pobladas ingenuas, siendo la causa que los sindicatos solo fueron jarrones decorativos en las geografías citadas en Europa Oriental y en la actualidad en la Cuba de Diaz Canel, en la China de Xi Jin Pin y en la Norcorea de Kin Yon Un.

En lugar de los sindicatos mal vistos por su origen capitalista en todos estos sistemas totalitarios se promovió con versiones diferentes, los consejos revolucionarios de trabajadores, los soviets, cuyo modelo de gestión era el control obrero, el cual garantizaba la expropiación definitiva per sécula seculorum del capital privado y la horrible explotación del hombre por el hombre.

Hugo Chávez y Maduro animados con todos estos antecedentes orquestaron desde el año 2000 un puente aéreo desde Caracas a la Habana, reclutando a cientos de bisoños sindicalistas criollos y conminarlos a forjar al “sindicalista del futuro”, el necesario para el Socialismo del Siglo XXI, con suficiente espíritu clasista para defender la revolución chavista.

De allí en adelante la Venezuela del siglo XXI ha sido el escenario de un absurdo laboratorio de experimentos laborales de todo género: Comenzaron con la propuesta de Control Obrero en Venezuela, surgida durante el paro cívico de 2002-2003, buscando la participación directa y el control social de los trabajadores en la gestión y procesos productivos de las empresas. Este movimiento, impulsado por consignas como "fábrica parada, fábrica ocupada", se materializó en la ocupación de empresas abandonadas por sus dueños y la creación de Consejos de Trabajadores (2003), luego derivado en Ley en 2017, con la promoción de Cooperativas de Trabajo Asociado en PDVSA y Empresas de Producción Social (2003) y la Cogestión Obrera Revolucionaria en Guayana (2005).

Todos estos ensayos derivaron en rotundos fracasos, despilfarro de tiempo y recursos, impregnados sobre todo en una corrupción generalizada de los bienes de la nación, la fragmentación de los sindicatos y la precarización generalizada de las relaciones de trabajo.

¿Que busca Maduro con este “nuevo anuncio” de vieja data? Ocultar la realidad que lo califica desde el inicio de su gestión presidencial en 2013 como el sepulturero de los derechos laborales, profundizando los ataques a los sindicatos y acelerando la anulación de los derechos laborales, negándose a discutir convenciones colectivas con sindicatos y gremios. Además, ha impuesto medidas como el Memorándum 2792, adoptado por el Ministerio del Trabajo donde se instruye a todos los entes de la administración pública y a empresas del Estado, a desconocer los contratos colectivos en el sector público, agravando la agresión con los instructivos de la ONAPRE, que además elimina el tabulador salarial y las primas por cargo.

 Los efectos de esta brutal ofensiva antilaboral lo concentra la pulverización del salario , las pensiones y las prestaciones sociales, la seguridad social, lo cual redondea la faena de un mandatario que se presenta como “presidente obrero” , sin moral alguna para presentar una fraudulenta renovación del sindicalismo venezolano hoy disperso y fragmentado.

En conclusión en 26 años de administración chavomadurista los trabajadores y el pueblo venezolano han sufrido el castigo del peor patrón de nombre el Estado, que les pueda haber tocado desde los tiempos de la Colonia, cuando el esclavismo predominaba en las relaciones de trabajo.

                                             Froilan Barrios Nieves             Movimiento Laborista

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