La trágica y aberrante negación de los derechos humanos en los medios
- Gerardo E. Martínez-Solanas
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La trágica y aberrante negación de los derechos humanos en los medios
17 Sep 2018 18:54 - 18 Sep 2018 15:31
He tropezado con un asombroso artículo escrito en francés por Thierry Meyssan, Presidente fundador de Réseau Voltaire (Voltaire Network o Red Voltaire) que, como el título de ese sitio de la WEB bien lo dice, pretende recoger y proyectar las ideas y principios de aquella famosa personalidad del siglo XVIII, quien destacó como uno de los más destacados nouveaux philosophes de su época y notable colaborador de L'Encyclopédie, sin olvidar su violenta prédica antirreligiosa, precursora de los crímenes horrendos cometidos por el "Régimen del Terror" jacobinista durante la Revolución Francesa.
El artículo critica al Secretario General de las Naciones Unidas y a su Subsecretario General para Asuntos Políticos, Jeffrey Feltman, por unas instrucciones secretas que Feltman redactó en octubre de 2017, con el beneplácito de su jefe, y que fue descubierto y sacado a la luz, nada menos que por el Ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, el 20 de agosto pasado. Estas instrucciones, tituladas " Parámetros y Principios de la asistencia de Naciones Unidas a Siria ", aunque señalaban que "los principios humanitarios de neutralidad, imparcialidad e independencia se aplican a la ayuda humanitaria vital así como a las actividades de recuperación rápida y de resistencia con objetivos humanitarios", cometía el grave error, a juicio del periodista Meyssan, de respetar "principios básicos de un enfoque basado en los derechos humanos para su programación, incluyendo participación, empoderamiento, apropiación local y sostenibilidad", según figura en ese mismo documento.
Lo que más ha molestado al fundador de esta "Red Voltaire" es la mención, no sólo en este párrafo sino en otros más, de los derechos humanos como principios básicos que fundamentan la acción de las Naciones Unidas en estos casos, aunque bien sabemos que suele ser entorpecida por el veto de Rusia y/o de China. Para colmo, el periodista francés se atreve a alegar que: "Este documento traiciona la Carta de las Naciones Unidas e invierte sus prioridades. Mientras que su principal objetivo es «mantener la paz y seguridad internacionales», pone «respetar los derechos humanos» por encima de este objetivo." Y explica, para mayor escarnio de semejante posición que: "De esta forma, tales derechos se convierten en un instrumento en contra de la paz".
La crítica del artículo es todavía más asombrosa cuando se adentra a analizar la historia para castigar al Imperio Británico por su proclamado propósito de defender los derechos humanos frente al Imperio Otomano y concluir que: "En el siglo XX, los "derechos humanos" fueron primero la marca de las ONG "sin fronteras" y, a continuación, el lema de los trotskistas que se refugiaron en la CIA, y de los neoconservadores."
Para resumir, baste decir que su argumento se basa en el hecho de que aunque "derechos humanos" es una frase mencionada seis veces en la Carta de las Naciones Unidas, no implica que ese sea el ideal puesto que "sólo pueden respetarse en tiempos de paz". Cuando hay una guerra como la de Siria, concluye, no hay "derechos humanos" que valgan y los militares pueden ignorarlos porque ellos "no son policías, sino soldados" y, por supuesto, "para salvar a un pueblo tenemos que sacrificar a algunos de sus habitantes".
Este es un tema que trato, entre otros igualmente graves, en un artículo titulado "¿ Qué mundo le hemos dejado a nuestros hijos ?". Es una insidiosa corriente de ideas que contamina a la opinión pública hasta llegar a justificar la tortura a cambio de una supuesta "seguridad nacional" y acepta el clima de violencia como un transcurso necesario hacia la paz.
Thierry Meysan está en esa onda que ha logrado hacer descender la estatura moral de las democracias con una ética relativista basada en conveniencias egoístas y aberraciones que sus promotores proclaman como "políticamente correctas". Este es un periodista francés y activista político que ha publicado varios libros controversiales, cuyos títulos, entre otros, son: "Sous nos Yeux. Du 11-Septembre à Donald Trump" (Ante nuestros ojos: del 11 de septiembre hasta Donald Trump); "9/11: L'Effroyable imposture (9/11: La Gran Mentira); "La Protection des homosexuels dans le droit européen de Collectif" (La protección de los homosexuales en el colectivo comunitario). Y no pasemos por alto uno publicado en español hace algunos años, "Políticamente Incorrecto", que cuenta con una nota final de Fidel Castro.
Así son los nouveaux philosophes de hoy, los intelectualoides de esta época trágica de la humanidad, donde todo es permisible si se logra que las turbas lo respalden o que el poder militar lo imponga.
El artículo critica al Secretario General de las Naciones Unidas y a su Subsecretario General para Asuntos Políticos, Jeffrey Feltman, por unas instrucciones secretas que Feltman redactó en octubre de 2017, con el beneplácito de su jefe, y que fue descubierto y sacado a la luz, nada menos que por el Ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, el 20 de agosto pasado. Estas instrucciones, tituladas " Parámetros y Principios de la asistencia de Naciones Unidas a Siria ", aunque señalaban que "los principios humanitarios de neutralidad, imparcialidad e independencia se aplican a la ayuda humanitaria vital así como a las actividades de recuperación rápida y de resistencia con objetivos humanitarios", cometía el grave error, a juicio del periodista Meyssan, de respetar "principios básicos de un enfoque basado en los derechos humanos para su programación, incluyendo participación, empoderamiento, apropiación local y sostenibilidad", según figura en ese mismo documento.
Lo que más ha molestado al fundador de esta "Red Voltaire" es la mención, no sólo en este párrafo sino en otros más, de los derechos humanos como principios básicos que fundamentan la acción de las Naciones Unidas en estos casos, aunque bien sabemos que suele ser entorpecida por el veto de Rusia y/o de China. Para colmo, el periodista francés se atreve a alegar que: "Este documento traiciona la Carta de las Naciones Unidas e invierte sus prioridades. Mientras que su principal objetivo es «mantener la paz y seguridad internacionales», pone «respetar los derechos humanos» por encima de este objetivo." Y explica, para mayor escarnio de semejante posición que: "De esta forma, tales derechos se convierten en un instrumento en contra de la paz".
La crítica del artículo es todavía más asombrosa cuando se adentra a analizar la historia para castigar al Imperio Británico por su proclamado propósito de defender los derechos humanos frente al Imperio Otomano y concluir que: "En el siglo XX, los "derechos humanos" fueron primero la marca de las ONG "sin fronteras" y, a continuación, el lema de los trotskistas que se refugiaron en la CIA, y de los neoconservadores."
Para resumir, baste decir que su argumento se basa en el hecho de que aunque "derechos humanos" es una frase mencionada seis veces en la Carta de las Naciones Unidas, no implica que ese sea el ideal puesto que "sólo pueden respetarse en tiempos de paz". Cuando hay una guerra como la de Siria, concluye, no hay "derechos humanos" que valgan y los militares pueden ignorarlos porque ellos "no son policías, sino soldados" y, por supuesto, "para salvar a un pueblo tenemos que sacrificar a algunos de sus habitantes".
Este es un tema que trato, entre otros igualmente graves, en un artículo titulado "¿ Qué mundo le hemos dejado a nuestros hijos ?". Es una insidiosa corriente de ideas que contamina a la opinión pública hasta llegar a justificar la tortura a cambio de una supuesta "seguridad nacional" y acepta el clima de violencia como un transcurso necesario hacia la paz.
Thierry Meysan está en esa onda que ha logrado hacer descender la estatura moral de las democracias con una ética relativista basada en conveniencias egoístas y aberraciones que sus promotores proclaman como "políticamente correctas". Este es un periodista francés y activista político que ha publicado varios libros controversiales, cuyos títulos, entre otros, son: "Sous nos Yeux. Du 11-Septembre à Donald Trump" (Ante nuestros ojos: del 11 de septiembre hasta Donald Trump); "9/11: L'Effroyable imposture (9/11: La Gran Mentira); "La Protection des homosexuels dans le droit européen de Collectif" (La protección de los homosexuales en el colectivo comunitario). Y no pasemos por alto uno publicado en español hace algunos años, "Políticamente Incorrecto", que cuenta con una nota final de Fidel Castro.
Así son los nouveaux philosophes de hoy, los intelectualoides de esta época trágica de la humanidad, donde todo es permisible si se logra que las turbas lo respalden o que el poder militar lo imponga.
Last edit: 18 Sep 2018 15:31 by Gerardo E. Martínez-Solanas.
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- Abelardo Pérez García
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Re: La trágica y aberrante negación de los derechos humanos en los medios
01 Oct 2018 12:18
Acabo de leer este excelente artículo de Gerardo.
Tiene razón en alzarse contra los decires de este “periodista francés”, muy importante esto último; “volteriano” hasta el punto de titular su sitio web “red Voltaire”.
Esto puede gustarle a nuestro amigo pues así el ilustre pensador de Las Luces puede cargar con los horrores cometidos durante la Revolución Francesa, y yo añadiría, hacerlo responsable de las desgracias del mundo actual.
Si hay alguna relación entre el autor de Cándido y el triste y estrambótico energúmeno al que se refiere Gerardo es su formación católica.
Y, a mi parecer, el caso del señor Meyssan es peor porque Voltaire sólo fue un brillante alumno de un célebre colegio de jesuitas mientras que Meyssan además de ser de una familia bordelesa burguesa muy católica, fue miembro del grupo de “Renovación Carismática” y estudió teología en el seminario de Orléans.
Su fervor católico lo llevó hasta a estar entre las primeras filas de un grupo de fieles junto al papa Pablo VI en la fiesta de Pentecostés en 1975. (una foto en un periódico da fé de esta presencia).
De pronto, unos años más tarde se declara “homosexual y libre pensador” se separa de su esposa (el Vaticano anula el matrimonio), se inscribe en diversas asociaciones como : “International Lesbian and Gay Association” de donde lo expulsan (no sé por qué).
Después del 11 de septiembre de 2001 le da por la “Teoría del Complot”.
Después de varias apariciones en la TV francesa, que provocaron quejas en el CSA (Consejo Superior de lo Audiovisual) desde 2002 ya ninguna cadena del país lo ha invitado más nunca .
Emigra a Siria, donde vive desde entonces, elogiando al Hesbollah, escribiendo contra “el imperialismo yankee”; afirmando que los periodistas franceses están a sueldo de los servicios secretos, etc, etc…
Me gustó el artículo de Gerardo, aunque yo, personalmente no le hubiera dado importancia a lo que escribe ese señor, claro que permite poner de relieve lo malignos y pérfidos que son los periodistas franceces y también, de paso, desacreditar un poco más a Voltaire.
Espero tener más tiempo uno de estos días para escribir, entre otras cosas, sobre los “horribles jacobinos” responsables, según mi amigo, de todas las atrocidades.
¿Se sabe que todos ellos eran de clase acomodada? La inscripción al “club” no estaba al alcance del pueblo llano. Todos eran defensores ardientes de la propiedad privada, ¡Sí! ¡Sí!; e ideológicamente en 1789 eran monarquistas y en 1793 eran republicanos. ¡¡!!
El Terror fue horrible pero duró desde finales de 1792 hasta 1794 (9 Thermidor, caída de Robespierre) y se explica por la “defensa de la Revolución” atacada por los poderosos ejércitos monárquicos extranjeros.
El anticristianismo fue obra de los Hebertistas a quienes los jacobinos combatieron y eliminaron de la Asamblea.
No lo mezclemos todo, las amalgamas sólo son buenas en metalurgia.
Tiene razón en alzarse contra los decires de este “periodista francés”, muy importante esto último; “volteriano” hasta el punto de titular su sitio web “red Voltaire”.
Esto puede gustarle a nuestro amigo pues así el ilustre pensador de Las Luces puede cargar con los horrores cometidos durante la Revolución Francesa, y yo añadiría, hacerlo responsable de las desgracias del mundo actual.
Si hay alguna relación entre el autor de Cándido y el triste y estrambótico energúmeno al que se refiere Gerardo es su formación católica.
Y, a mi parecer, el caso del señor Meyssan es peor porque Voltaire sólo fue un brillante alumno de un célebre colegio de jesuitas mientras que Meyssan además de ser de una familia bordelesa burguesa muy católica, fue miembro del grupo de “Renovación Carismática” y estudió teología en el seminario de Orléans.
Su fervor católico lo llevó hasta a estar entre las primeras filas de un grupo de fieles junto al papa Pablo VI en la fiesta de Pentecostés en 1975. (una foto en un periódico da fé de esta presencia).
De pronto, unos años más tarde se declara “homosexual y libre pensador” se separa de su esposa (el Vaticano anula el matrimonio), se inscribe en diversas asociaciones como : “International Lesbian and Gay Association” de donde lo expulsan (no sé por qué).
Después del 11 de septiembre de 2001 le da por la “Teoría del Complot”.
Después de varias apariciones en la TV francesa, que provocaron quejas en el CSA (Consejo Superior de lo Audiovisual) desde 2002 ya ninguna cadena del país lo ha invitado más nunca .
Emigra a Siria, donde vive desde entonces, elogiando al Hesbollah, escribiendo contra “el imperialismo yankee”; afirmando que los periodistas franceses están a sueldo de los servicios secretos, etc, etc…
Me gustó el artículo de Gerardo, aunque yo, personalmente no le hubiera dado importancia a lo que escribe ese señor, claro que permite poner de relieve lo malignos y pérfidos que son los periodistas franceces y también, de paso, desacreditar un poco más a Voltaire.
Espero tener más tiempo uno de estos días para escribir, entre otras cosas, sobre los “horribles jacobinos” responsables, según mi amigo, de todas las atrocidades.
¿Se sabe que todos ellos eran de clase acomodada? La inscripción al “club” no estaba al alcance del pueblo llano. Todos eran defensores ardientes de la propiedad privada, ¡Sí! ¡Sí!; e ideológicamente en 1789 eran monarquistas y en 1793 eran republicanos. ¡¡!!
El Terror fue horrible pero duró desde finales de 1792 hasta 1794 (9 Thermidor, caída de Robespierre) y se explica por la “defensa de la Revolución” atacada por los poderosos ejércitos monárquicos extranjeros.
El anticristianismo fue obra de los Hebertistas a quienes los jacobinos combatieron y eliminaron de la Asamblea.
No lo mezclemos todo, las amalgamas sólo son buenas en metalurgia.
Reply to Abelardo Pérez García
- Gerardo E. Martínez-Solanas
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Re: La trágica y aberrante negación de los derechos humanos en los medios
28 Jan 2019 19:27 - 07 Feb 2019 16:09
Empezando por el final de los siempre ilustrados argumentos de Abelardo, me sorprende que ose justificar el terror como una «"defensa de la revolución" atacada por los poderosos ejércitos monárquicos extranjeros». Justamente el pretexto utilizado por soviéticos, maoístas, polpotistas, castristas y otros por el estilo de desatar y mantener una feroz represión justificable por "el enemigo externo". Más recientemente por el inefable Nicolás Maduro en Venezuela, que ladra ante una inminente agresión o intervención extranjera sin tener para nada en cuenta que él y sus testaferros serían los únicos responsables de haberla provocado si se produce.
También me veo obligado a aclarar que en ningún segmento de la opinión vertida en mi escrito anterior hay indicio alguno de que insinuo "lo malignos y pérfidos que son los periodistas franceses", como afirma Abelardo, una generalización que no tendría base ni aunque fueran mayoría, que a mi juicio no lo son y, por tanto, no osaría calificarlos de esa manera.
En cuanto a Voltaire, hay que reconocer su genio y muchas contribuciones positivas que hizo al pensamiento de su época. Eso no lo exime sin embargo de que reconozcamos también su profunda intolerancia antirreligiosa y, sobre todo, anticatólica.
Coincidente con lo que señala Abelardo, reconozco en la 2ª edición que estoy a punto de publicar de un libro sobre el "Cristianismo en la Historia" (la 1ª edición está disponible en Amazon) que Voltaire fue educado por los jesuítas, pero que «pronto abandonó el catolicismo, llegó a calificar a la Iglesia como el principal enemigo de la humanidad e incitó a las masas con el grito de "¡Aplastad a la infame!".» Y así fue la cruenta persecución que sucedió en esos años.
Señalo también que pese a que Voltaire es autor de un encomiable "Tratado sobre la Tolerancia", deja caer la gota de su intolerancia anticatólica en sus páginas. Además, fue un devoto promotor de Condorcet, a quien proclamó como el "filósofo universal", sobre todo porque afirmaba que la influencia de la religión sobre la sociedad y, en particular sobre la educación, debía ser totalmente suprimida. Eso no obsta para mi reconocimiento en el libro que estoy por publicar de que Condorcet fue «muy admirado como defensor de los oprimidos y como ardiente promotor de la libertad política» y de su condición de mártir de la Revolución Francesa como víctima de Robespierre.
Con todo esto quiero decir que abogo por un análisis equilibrado de las personas y de los hechos que suceden, sin recurrir a generalizaciones, salvo en los casos en que la evidencia negativa es aplastante, como podría ser si nos refiriéramos a Stalin, Lenin, Hitler, Mao Tse Tung, Pol Pot, Idi Amin, Fidel Castro o Nicolás Maduro, entre muchos otros personajes ominosos de la historia reciente.
También me veo obligado a aclarar que en ningún segmento de la opinión vertida en mi escrito anterior hay indicio alguno de que insinuo "lo malignos y pérfidos que son los periodistas franceses", como afirma Abelardo, una generalización que no tendría base ni aunque fueran mayoría, que a mi juicio no lo son y, por tanto, no osaría calificarlos de esa manera.
En cuanto a Voltaire, hay que reconocer su genio y muchas contribuciones positivas que hizo al pensamiento de su época. Eso no lo exime sin embargo de que reconozcamos también su profunda intolerancia antirreligiosa y, sobre todo, anticatólica.
Coincidente con lo que señala Abelardo, reconozco en la 2ª edición que estoy a punto de publicar de un libro sobre el "Cristianismo en la Historia" (la 1ª edición está disponible en Amazon) que Voltaire fue educado por los jesuítas, pero que «pronto abandonó el catolicismo, llegó a calificar a la Iglesia como el principal enemigo de la humanidad e incitó a las masas con el grito de "¡Aplastad a la infame!".» Y así fue la cruenta persecución que sucedió en esos años.
Señalo también que pese a que Voltaire es autor de un encomiable "Tratado sobre la Tolerancia", deja caer la gota de su intolerancia anticatólica en sus páginas. Además, fue un devoto promotor de Condorcet, a quien proclamó como el "filósofo universal", sobre todo porque afirmaba que la influencia de la religión sobre la sociedad y, en particular sobre la educación, debía ser totalmente suprimida. Eso no obsta para mi reconocimiento en el libro que estoy por publicar de que Condorcet fue «muy admirado como defensor de los oprimidos y como ardiente promotor de la libertad política» y de su condición de mártir de la Revolución Francesa como víctima de Robespierre.
Con todo esto quiero decir que abogo por un análisis equilibrado de las personas y de los hechos que suceden, sin recurrir a generalizaciones, salvo en los casos en que la evidencia negativa es aplastante, como podría ser si nos refiriéramos a Stalin, Lenin, Hitler, Mao Tse Tung, Pol Pot, Idi Amin, Fidel Castro o Nicolás Maduro, entre muchos otros personajes ominosos de la historia reciente.
Last edit: 07 Feb 2019 16:09 by Democracia Participativa.
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