León XIII, el Postmodernismo y la Libertad

  • Julio M. Shiling
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León XIII, el Postmodernismo y la Libertad

13 Apr 2018 04:59
#10479
Vincenzo Gioacchino Raffaele Luigi Pecci, mejor conocido como León XIII, fue el motor humano que más colocó a la Iglesia católica en los asuntos del mundo moderno. En adición a ser el autor de la mayor cantidad de encíclicas por un margen amplio (85 encíclicas en total), una proporción generosa de ellas fueron seminales y contienen una vigencia en nuestros días importante. Siendo éste uno de los más eruditos y relevantes entre los 265 sucesores de San Pedro, conviene traer a colación en esta Semana Mayor, su observación y crítica a corrientes tóxicas prevalente en la era intelectual en que vivimos, el postmodernismo, y la visión enaltecida de la libertad de León XIII.

Con una vehemencia convincente y extraordinaria, León XIII fustigó con el látigo de Cristo al comunismo/socialismo. No necesitó que llegaran al poder para probar que cualquier sistema sustentado por ideas y doctrinas impías y antinaturales, sólo podría traer ruindad de todo tipo. Sin embargo, su análisis penetrante de la modernidad lo llevó a hacer otras críticas adicionales. Señaló como el iluminismo y el racionalismo, al darle supremacía a la razón humana, abrió la puerta a la obscuridad. El espíritu naturalista y anti metafísico de esta corriente filosófica, implicó que se colocara al humano en el centro del universo. Dado la proclividad al subjetivismo por parte de los humanos y la primacía delegada a la razón, quedó apuntalada la quiebra de los parámetros morales que ofrecía una racionalización omnicomprensiva sobrenatural. Quedó minada la humanidad a partir de ahí.

Rousseau, Marx, Nietzsche y sus profetas, Lenin, Hitler, Mao y otros, se ocuparían de que expresiones humanas prácticas como el comunismo, el nazismo y un nihilismo secular florecieran. Es cierto que la democracia y otras nociones modernas fueron fruto de la ilustración también. Sin embargo, la lucha entre las luces y las sombras que brotó de dicha era, persiste aún en nuestros tiempos. El sistema democrático fue aplaudido por el 256º Obispo de Roma y él vio la necesidad de recetar herramientas a este sistema de autogobierno como medida rescatadora para evitar su colapso ante malévolos que buscarían el poder político para imponer doctrinas materialistas perversas.

León XIII nos advirtió con igual insistencia, sobre las amenazas a una sociedad, como ente orgánica al fin, de un sistema socio-económico cuyo propósito exclusivo sería el lucro. Defendió con absolutismo la propiedad privada y el sistema capitalista, sin dejar de reconocer sus defectos inherentes que obligaba aplicaciones éticas para aliviar sus deficiencias y frenar posibilidades de su autodestrucción. Esa muchedumbre que percibía que se había quedado atrás con la revolución industrial, guarda mucho en común con los muchos que hoy se sienten abandonados por la revolución electrónica y el subsecuente modelo de globalización comercial internacional. La observación del problema y el recetario ofrecido por León XIII, tiene aplicabilidad en el siglo XXI.

Como agente defensor de estas amenazas a una sociedad libre, abierta y justa, León XIII apuntó a la libertad, entendida y ejercida correctamente por los ciudadanos. En su encíclica Libertas (1888), el papa más longevo, elevó el concepto de la libertad, como fenómeno proveniente de la Ley Natural y la Ley Eterna, a estándares de constituir consubstancialmente ésta, deberes morales a quién lo ejerce como derecho. Esta facultad moral ofrece una brújula imperativa para empoderar racionalmente al ciudadano para que éste pueda resistir la ley convencional cuando su dictamen lo coloca en rebelión contra Dios y Su orden divino. Libertad sí, pero una moderada, a priori, por la obligación moral de obedecer leyes superiores y sobrenaturales y rechazar normas convencionales por poderes que refuerzan gobiernos espurias o corrientes filosóficas amenas.

La virtud y el ciudadano virtuoso permanecen en guerra contra el postmodernismo y su forjador y cobijador, el marxismo cultural. Regímenes despóticos que se benefician de semejante marco intelectual, siguen en el poder cometiendo barbaries impunemente. León XIII, entre otros, nos percató. Seamos libres, pero con la libertad que nos ata a un accionar en conformidad con los propósitos del Autor del universo y la naturaleza.
  • Abelardo Pérez García
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Re: León XIII, el Postmodernismo y la Libertad

13 Apr 2018 10:00
#10480
Desafortunadamente no conozco lo suficientemente bien el Universo:
ni lo que había en el momento t=0, ni su forma, ni la razón de la existencia de los agujeros negros, ni lo que es la materia oscura, ni siquiera el número de galaxias, para hablar de él.
En lo tocante a la Naturaleza, supongo que se trata de los reinos mineral, vegetal y animal de nuestro pobre y martirizado planeta.

Después de observar pues al Universo y a la Madre Naturaleza, tal como los percibo, me siento incapaz de vislumbrar propósito alguno de su Augusto Autor.

Eso aparte soy incapaz de respetar leyes superiores y sobrenaturales sin saber cómo alguien puede conocerlas de manera fidedigna.

Estoy seguro de que este artículo sobre LeónXIII, el postmodernismo y la libertad es muy interesante pero quizá lo habría entendido si el autor no hubiera tratado de escribirlo en castellano y lo hubiera escrito en inglés.
  • Abelardo Pérez García
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Re: León XIII, el Postmodernismo y la Libertad

18 Apr 2018 12:40
#10491
Antes de escribir sobre algunos aspectos del interesante artículo del señor Shiling, quisiera decir algunas palabras acerca del comentario de Santiago Cárdenas.
Mi agnosticismo es obviamente secular ya que es un pensamiento que tiene siglos de existencia.
¿Es reiterativo? Seguramente, ya que contesto casi siempre a los numerosos Actos de Fe que pululan en este foro y los que me conocen saben que me siento más cerca de Dawkins y de Dennett que de León XIII por quien siento, pese a todo, respeto y cierta simpatía.

Rechazo sin embargo el calificativo de mediocre.
Tengo la impresión que Santiago Cárdenas tiene tendencia a desdeñar y a veces a insultar a los que no comparten su ideología, su fe o sencillamente sus opiniones -el amigo José Manuel sabe algo de esto.
Lo que sí me parece mediocre e incomprensible es que un hombre inteligente proponga como solución a las desgracias de su país la anexión de éste a Estados Unidos.

Recuerdo los escritos del padre Félix Varela quien decía que siempre se opondría a que fueran los extranjeros los que dirigieran su patria.

Nuestro apóstol, en su carta a Manuel Mercado escribió:
“|…] Tengo ánimos con que realizarlo— de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso”.

y más lejos

“[…] impedir que en Cuba se abra, por la anexión de los imperialistas de allá y los españoles, el camino, que se ha de cegar, y con nuestra sangre estamos cegando, de la anexión de los pueblos de nuestra América al Norte revuelto y brutal que los desprecia”.

Algo más tarde el gran poeta hispanoamericano (nicaragüense) Rubén Darío escribió:
“¿Seremos entregados a los bárbaros fieros?
¿Tantos miles de hombres hablaremos inglés?
¿Ya no hay bravos hidalgos ni nobles caballeros?
¿Callaremos ahora para llorar después?”

Para mí, todo queda dicho.

Veamos ahora un poco el texto de Julio Shiling.
No desprecio las opiniones del autor pero no siempre las comparto.
Dejando aparte la extraña morfosintaxis de su prosa, me parece que hay cierta confusión en los conceptos y en sus denominaciones.
Escojamos por ejemplo:
“Señaló como el iluminismo y el racionalismo, al darle supremacía a la razón humana, abrió la puerta a la obscuridad. El espíritu naturalista y anti metafísico de esta corriente filosófica, implicó que se colocara al humano en el centro del universo”.
En español el Iluminismo alude a las ideas de los “alumbrados” o “iluminados” quienes en los siglos XVI y XVII pensaban entrar directamente en contacto con la divinidad sin intermediario de ningún tipo.
Recibían pues la Luz Divina como la que tumbó a Saulo del caballo cuando oyó una voz que le decía: “¡Saulo! ¡Saulo! ¿Por qué me persigues?”
Estamos pues muy lejos de una doctrina que le da supremacía a la razón. En cambio, en portugués el “Iluminismo” tiene el mismo sentido que la “Ilustración” en castellano, el “Siècle des Lumières” en francés o “Age of Enlightment” en inglés.

No creo por mi parte en la implicación:
Espíritu naturalista----> Hombre en el centro del mundo.
Antes me parece que los Humanistas del Renacimiento al tomar al hombre como medida de las cosas hicieron que el espíritu naturalista creciera para llegar más tarde durante la Ilustración a desechar toda metafísica.
Hay que tener mucho cuidado con las implicaciones.
A implica B significa que cada vez que se tiene la “situación” A entonces también se tiene la “situación” B, pero eso no quiere decir que cada vez que se tiene B entonces también se tenga A.
Por ejemplo, si yo afirmo que mi hermano vive en Miami Beach entonces se puede inferir que mi hermano vive en la Florida; pero si digo que mi hermano vive en la Florida, eso no implica que él vive en Miami Beach; podría vivir en Tampa. Algo así pasa con la implicación del señor Shiling.

Otro punto discutible es cuando escribe que:
“Rousseau, Marx, Nietzsche y sus profetas, Lenin, Hitler, Mao y otros, se ocuparían de que expresiones humanas prácticas como el comunismo, el nazismo y un nihilismo secular florecieran”
Supongo que el misterioso sintagma “expresiones humanas prácticas” significa algo así como "aplicaciones concretas de las ideas de los tres primeros pensadores".
Notemos que no hay nada en común entre ellos salvo que Marx y Nietsche eran alemanes.
Cabe pensar que el autor del artículo quiere poner de realce que a pesar de las diferencias entre sus ideas las consecuencias en la sociedad pueden ser dramáticas si se concretan en la práctica.

Ahora bien; no sé qué experimento social se llevó a cabo con las ideas de Rousseau.
Si criticó ideas de Locke es porque opinó que la interdependencia total de la sociedad con el mercado acrecentaría las desigualdades sociales y acertó en que haría de la burguesía la clase dominante. Por otra parte Rousseau fue probablemente el primero en decir que la Soberanía debía radicar en el Pueblo, y en esto fue uno de los precursores de la Democracia.
¿Lenin “profeta” de Marx? La palabra profeta me luce totalmente impropia, sin contar con que cualquiera que haya leído atentamente a Marx (y ¡Ay! a Lenin) reconocerá que este último falsificó -por decirlo de algún modo- el pensamiento del alemán.
Se ha escrito mucho sobre lo que el Nacional Socialismo hitleriano debe a Nietzsche pero se sabe de las múltiples falsificaciones que hubo y cómo el filósofo en numerosas cartas critica la recuperación que diferentes movimientos de extrema derecha alemanes hicieron en particular de su Zarathustra.

El señor Shiling escribe:
“Dado (sic) la proclividad al subjetivismo por parte de los humanos y la primacía delegada a la razón, quedó apuntalada la quiebra de los parámetros morales que ofrecía (sic) una racionalización omnicomprensiva sobrenatural”.
No sé si alguien entiende esto de manera completa y cabal.
La “proclividad al subjetivismo” me parece poco compatible con la “supremacía delegada a la razón”.
También me parece muy extraño “apuntalar una quiebra”.
En todo caso la apuntalaron mal pues esos parámetros morales se cayeron y nos quedamos sin “racionalización omnicomprensiva sobrenatural”; yo, personalmente estoy muy contento de carecer de ella, si tal cosa existe.

No quisiera ser demasiado largo y hay que reconocerle a León XIII su magnífica encíclica Rerum Novarum que es un ejemplo extraordinario de proyecto social, base de la Doctrina Social de la Iglesia.
También fue un intelectual de alto nivel y un excelente poeta. Mas no se debe olvidar que fue el director del infelicísimo Syllabus del Bienaventurado Pío IX y que, a pesar de lo que escriban algunos católicos que defienden con firmeza sus ideas, en otras encíclicas, en particular en Libertas Praestantissimus, condena sin apelación ni equívoco el Liberalismo: “que introduce en la vida los principios del Naturalismo”; el Racionalismo, que es “ La dominación soberana de la razón humana, la cual al rechazar la obediencia debida a la razón divina y eterna, pretendiendo no depender más que de ella misma, se reconoce como el único principio supremo, fuente y juez de la verdad.”
Esta es casi exactamente la definición que da Kant de la Ilustración.

En la encíclica Immortale Dei, León XIII detalla y condena: “las diferentes “libertades” que se presentan como conquistas de nuestra época” y que son: la libertad de culto, la libertad de prensa, la libertad de enseñanza y la libertad de conciencia.

Me parece bueno que los lectores de este foro que no conozcan estos temas se enteren de todo esto.
  • Gerardo E. Martínez-Solanas
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Re: León XIII, el Postmodernismo y la Libertad

03 May 2018 18:43 - 03 May 2018 19:20
#10523
Sobre la mención que hace Abelardo, a modo de crítica por el aparente choque de Leon XIII con el liberalismo clásico (mal clasificado en Estados Unidos como conservadurismo), no es justo el juicio si se hace fuera del contexto de la época, de los antecedentes ochocentistas de la encíclica mencionada y de las realidades que enfrentaba el Papa en esos momentos.

En " El Cristianismo en la Historia; sus Luces y sus Sombras ", podemos leer este enfoque:
... el liberalismo ochocentista contenía también elementos notables de auténtica raigambre cristiana al proclamar los derechos absolutos de las personas, que las calificaban para convertirse en fuente de toda legitimidad, lo cual abrió las puertas a los proyectos democráticos. Por lo tanto, hubo una corriente de liberalismo católico que aceptaba sin reparos que la religión era una cuestión íntima de la conciencia y que la Iglesia, separada del Estado, se mantuviese al margen de la vida pública pero pudiese funcionar libremente como cualquier otra asociación. Un campeón de esta corriente fue el sacerdote y educador francés Hugher-Félicité de Lamennais (1782-1854), quien proclamaba que la Iglesia católica estaba al frente del movimiento liberal, destinada a inspirar la formación de una sociedad verdaderamente cristiana que garantizara las libertades fundamentales y los derechos humanos. Con este fin exhortó al Papa a que se convirtiera en adalid de esa nueva Cristiandad y por un tiempo logró despertar las simpatías de León XII [1823-1829] a favor de un liberalismo cristiano.

Este León XII antecede en medio siglo el pontificado de León XIII. Más adelante, continúa el análisis en el libro mencionado reconociendo que:
Esta corriente de liberalismo católico promovida inicialmente por Lamennais fue defendida más tarde en algunos aspectos por Lacordaire, Montalembert, Parisis, Dupanloup y Falloux. No obstante, se produjeron desviaciones provocadas por ideas galicanas del jansenismo y el josefinismo, que promovían un acomodamiento con ciertas reformas en la doctrina y disciplina eclesiásticas de acuerdo con la teoría protestante liberal anti-eclesiástica y otras doctrinas de "ciencia e ilustración", provenientes del creciente ateísmo imperante en la época.

En efecto, toda esta evolución plagada de conflictos antecede al Papa promotor de la Doctrina Social, y ya hay reacciones anteriores como la de Gregorio XVI con la encíclica Mirari vos (1832), pero el problema que abre una brecha y provoca la reacción de Leon XIII se produjo porque:
La débil tendencia a contemporizar del liberalismo cristiano no impidió que prevaleciera una dura rama “liberal” que arremetió contra el catolicismo y el cristianismo en general con medidas de forzosa secularización de la vida social y con ideas de “naturalismo religioso” o, peor aún, campañas agresivas promotoras del ateísmo y hostiles a cualquier manifestación religiosa en público.

Precisamente, esta hostilidad hacia todo lo religioso está resurgiendo en nuestros tiempos. Por eso mismo, el liberalismo cristiano de Leon XIII se enfrentó al liberalismo secular:
En general, la Iglesia católica y algunas denominaciones protestantes se enfrentaron al liberalismo porque uno de sus principales postulados afirma la voluntad del hombre –su libertad– como un valor supremo que no debe sujetarse ni a ley divina ni a ley natural alguna. Aunque el vocablo "liberal" o el término "liberalismo" admiten otros matices de significado aceptable para los cristianos, lo rechazan justamente en ese sentido doctrinal, como se puede observar en numerosas encíclicas y documentos importantes posteriores a la encíclica Mirari vos.
Esto se debe a que interpretan el liberalismo como un naturalismo militante, que rechaza la soberanía de Dios y la pone en el hombre: “seréis como dioses” (Gén 3,5). Por lo tanto, lo perciben como un ateísmo práctico, una rebelión de los hombres contra Dios, y por eso ha sido condenado muchas veces, como lo hace, por ejemplo, León XIII [1878-1903], en su encíclica Libertas (1888).

No obstante, la Rerum Novarum , que sirve de base fundamental a la Doctrina Social, debiera bastar para que sea reconocible el genuino liberalismo de León XIII, basado en los principios de la justicia social, del bien común, de la subsidiariedad política y de la solidaridad humana que se proyectan hacia un mundo mejor y que también sustentan un mecanismo ideal de democracia participativa.

En cuanto a la cita tomada de Immortale Dei que hace Abelardo al final de su aporte, no he podido encontrarla en esa encíclica. En su lugar cito lo siguiente:

"... obligados en conciencia por el sagrado cargo apostólico que ejercemos para con todos los pueblos, declaramos la verdad con toda libertad, según nuestro deber. No porque Nos olvidemos las especiales circunstancias de nuestros tiempos, ni porque juzguemos condenables los adelantos útiles y honestos de nuestra época, sino porque Nos querríamos que la vida pública discurriera por caminos más seguros y tuviera fundamentos más sólidos, y esto manteniendo intacta la verdadera libertad de los pueblos; esta libertad humana cuya madre y mejor garantía es la verdad: «la verdad os hará libres»." (Immortale Dei, parr.20)
Last edit: 03 May 2018 19:20 by Gerardo E. Martínez-Solanas.
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