El pasado 1 de setiembre el Washington Post presentó un largo artículo Trump upends GOP message on economydescalificando las posiciones económicas conservadoras de Donald Trump. Señaló que el magnate inmobiliario propone aumentar los impuestos a algunos agentes financieros (de los “hedge funds” o los fondos de cobertura), propone un financiamiento sin restricciones estatales para el seguro de salud, plantea restricciones al libre comercio y rechaza la inmigración ilegal, lo aumentaría el costo de la mano de obra y pondría en peligro la capacidad competitiva de EEUU. La edición de 5 al 11 setiembre de The Economist contiene dos artículos (Trump´s America y the art of the demagogue) repitiendo similares apreciaciones sobre Trump que lo hacen incoherente, iconoclasta para ser el candidato presidencial del partido republicano.
Por ello resulta paradójico que haya sido el economista liberal Paul Krugman que en su columna del New York Times Donald Trump is Right on Economics del 7 de setiembre señale que el meollo de la oposición de la élite republicana a Trump radica en que denuncia el secuestro que hacen los cabilderos mediante sus contribuciones para influir y determinar la política económica de EEUU, así como la política de promoción de la oferta mediante la baja de los impuestos para lograr el crecimiento. Sobre estos temas Krugman indica que Trump es el hereje de una falsa ortodoxia y sobre que no solo lo cree correcto sino que podría tener una importante influencia positiva en EEUU. Asimismo, que el aumento de los impuestos a los agentes financieros que se defienden erróneamente como los creadores de empleos, en realidad solo eliminaría las exenciones tributarias especiales que han logrado con sus influencias. Debe puntualizarse que Krugman no apoya todas las propuestas de política económica de Trump y considera que sus planteamientos de aumentar las tarifas en el comercio internacional podrían desatar una guerra comercial y está en desacuerdo con su política de deportaciones.
El daño de las contribuciones de los cabilderos para secuestrar la formulación de las políticas públicas y, en general, el proceso democrático es un tema que ha sido analizado críticamente por destacados politólogos y economistas. Por ejemplo, por Francis Fukuyama y Jeffrey Sachs en sus libros Political Order and Political Decay: From the Industrial Revolution to the Globalization of Democracy (2014) y The Price of Civilization: Reawaking American Virtue and Prosperity (2011), respectivamente.
En general, los economistas consideran que los políticos no deben seleccionar y favorecer a los ganadores porque distorsionan los incentivos y distorsionan la asignación de recursos. En este sentido, la política de darle un tratamiento tributario más favorable a los financistas es incorrecta y perjudicial para la economía. Otros candidatos presidenciales republicanos también la denuncian, particularmente Ted Cruz que denomina las prácticas imperantes entre los cabilderos y legisladores el Cartel de Washington.